28.02.2005 |
P.RICO-MUSICA James Brown exhibe su «soul» sexual a sus 71 años Por Iñaki Estívaliz San Juan, 28 feb (EFE).- La septuagenaria leyenda del «soul» y el «funk» de alto calibre sexual, James Brown, ofreció un concierto vibrante en el que el anciano «Mr. Dinamita» repasó sus más conocidos éxitos. A punto de cumplir 72 años, Brown, con el «flow» de un adolescente enamorado, hizo el domingo en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré de San Juan el baile del robot, el del jinete galopando y el del macho despechado. En varias ocasiones arrastró los pies caminando de espaldas al estilo de su compatriota Michael Jackson. Las letras y gemidos del «padrino del soul», otrora provocadores, ya no escandalizan a nadie, ni siquiera al público habitualmente conservador del Centro de Bellas Artes. A los asistentes tampoco pareció importarles que Brown fuese arrestado antes de cumplir los 20 años por atraco a mano armada; en 1988 por consumo de drogas y maltrato; en 1998 por posesión de drogas y armas; y ser denunciado el año pasado por maltrato a su actual esposa, Tomi Rae, casi 40 años más joven que él. «Os quiero a todos. Te quiero a ti que te acuestas sola por las noches. Te quiero a ti aunque te acuestes con otra persona. Incluso, quiero a la persona que se acuesta contigo», gritó en inglés al público, al que aconsejó: «todos tenemos que querernos». Luego hizo el amago de clavarse sobre la tarima con las piernas totalmente separadas como lo haría el salsero Roberto Roena, pero se contuvo consciente de que los años y los excesos no perdonan. La audiencia temió que se produjera un lamentable accidente cuando uno de los admiradores de la primera fila a los que la estrella del «rythm and blues» estrechó la mano, exaltado por el gesto, le dio un efusivo manotazo que a punto estuvo de resultar excesivo y que, probablemente, todavía le duela a Brown, que el año pasado fue operado de la próstata. Durante una hora y 25 minutos el público pudo disfrutar de catorce canciones de «soul sucio» entre las cuales estaban las archiconocidas «Sex Machine P1», «I Got you (I Feel Good)» y «Soul Men». Brown estuvo arropado sobre el escenario por once músicos solventes; las tres coristas picantes «Bitter Sweets»; una cantante que fue presentada como la nueva Janis Joplin; dos maestros de ceremonias que calentaban al público y también cantaban cuando «Mr. Dinamita» perdía fuelle, y el ayudante que le acercaba la toalla para secarle el sudor de la frente. Aunque en un par de ocasiones se produjeron desagradables acoples de sonido e incluso Brown ordenó a sus músicos parar una canción a la mitad porque, según le pareció, no había suficiente gente levantada de sus asientos para animarlo y admirarlo, oír y ver a ese genio del ritmo siempre merecerá la pena. James Brown nació en 1933 en Macon, Georgia, y a los 20 años entró a formar parte del grupo «Gospel Starlighters» primero, y poco después se pasó a los «Famous Flames», con quienes gravó el éxito «Please, Please, Please», que lo catapultó a la fama. Tres años después volvió a romper el «top ten» con «Try Me», lo que ha vuelto a hacer durante décadas para erigirse como uno de los mitos de la cultura estadounidense. En 1996, Brown sufrió uno de sus más duros reveses de su vida cuando su entonces esposa murió tras una operación de cirugía estética. |
El Coliseo de Puerto Rico se le queda pequeño a Juanes
27.02.2005 |
P.RICO-MÚSICA El Coliseo de Puerto Rico se le queda pequeño a Juanes Por Iñaki Estívaliz San Juan, 27 feb (EFE).- El Coliseo de Puerto Rico se le quedó pequeño al artista colombiano Juanes en su concierto de la gira «Mi sangre tour 2005», que contó con las colaboraciones del español Antonio Orozco y de la puertorriqueña Ednita Nazario. Seis pantallas gigantes acercaban la imagen del cantante a las 15.000 personas que abarrotaron anoche las gradas y la arena del «Choliseo», rebautizado el sábado por un grupo de seguidoras colombianas como el «Juanicheo». El concierto contó con una iluminación sensible; un sonido exquisito; unos visuales muy cuidados que se fundían a menudo con la imagen en directo de los músicos; un sol con aspas y luces que sería la envidia del famoso aro de luces caleidoscópicas del grupo «Pink Floyd», y un telonero de lujo y humilde que estuvo a la altura de las circunstancias: Orozco. El español, tan reconocido en muchos países como la propia cabeza de cartel, regaló halagos a mansalva. «Puertorriqueños amigos, gracias por devolverme la vida», dijo parafraseando el título de su éxito «Devuélveme la vida», que fue coreado por todo el aforo cuando lo interpretó. «Son muchos los días, los sueños, las canciones… para llegar a un lugar tan bello como este, que es el mejor regalo que podrían haberme hecho», señaló el cantante, que en la pasada edición de los Premios Tu Música de Puerto Rico fue reconocido con varios galardones. El autor de «Estoy hecho de pedacitos de ti» y «Es mi soledad», acompañado tan sólo por dos músicos, uno a la guitarra y otro a la caja y al teclado, se metió al público en el bolsillo cambiando sobre la marcha la letra de sus canciones originales: donde debía decir el nombre de una ciudad española cantó «San Juan» o «Puerto Rico», donde tenía que decir «mi tierra» dijo «mi isla». Ednita Nazario cantó con Juanes el tema «Fotografía», momento en que le manifestó al colombiano: «siéntete en tu casa, que éste es el mejor público del mundo». En ese momento no hubo una sola persona en el «Choliseo Luis Miguel Agrelot» que no se hubiera levantado de su asiento. Juanes abrió la actuación con sus temas «Sueños», «La paga», «Es por ti» y «Dámelo». «Este sí que es un sueño hecho realidad. No saben lo que significa estar esta noche aquí para nosotros… recuerdo cuando hace seis años hicimos una gira tocando en universidades y lugares pequeños», reconoció. «Nada», «Qué pasa» y «Mala gente» fueron algunos de los temas en los que Juanes se lució con los punteos principales de guitarra. La canción «Camisa negra» sonó más colombiana que nunca. Parecía que iba a cerrar con el éxito «A Dios le pido» cuando se desató el delirio general. «Señoras y señores, no tengo ni suficientes palabras, ni suficientes sentimientos, ni suficiente música para agradecerles esto», aseguró Juanes antes de agasajar a la concurrencia con otras cinco canciones después de abandonar la tarima por primera |
vez. Aunque el colombiano afirmó que «esta noche jamás se nos va a olvidar y quisiéramos que no se acabara nunca», el concierto terminó, después de varias canciones interpretadas en acústico, con la melodía «Nada valgo sin tu amor». |