La novelista más joven de Puerto Rico lucha contra la violencia doméstica

16.02.2007  
P.RICO-DERECHOS
La novelista más joven de Puerto Rico lucha contra la violencia doméstica
Iñaki Estívaliz San Juan, 15 feb (EFE).- Ada Álvarez, reconocida por el Instituto de Cultura Puertorriqueña como la autora de novela más joven en la historia del país, se ha convertido a sus 20 años en paladín de la lucha contra la violencia doméstica en la isla caribeña y, gracias a internet, en gran parte del mundo hispano.
Con 16 años comenzó a escribir su primer libro, «Lo que no te dije», que logró publicar con 19, en mayo de 2006, sin ayuda del gobierno y alternando sus estudios con empleos de media jornada, aunque interrumpió la promoción de su novela para realizar un intercambio de estudios en el Congreso de EEUU.
En Washington trabajó en la oficina hispana de prensa de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, experiencia de la que ha regresado a su país «fortalecida», aseguró en entrevista con Efe.
Junto a la abogada experta en violencia doméstica Ruth Ortega volvió hoy a presentar su obra, por la que ha sido invitada a participar el próximo miércoles en los debates que está llevando a cabo la Legislatura puertorriqueña sobre la reforma del Código Civil.
Álvarez explicó que escribió «Lo que no te dije» en parte porque tuvo que poner una demanda de protección contra su novio cuando tenía 16 años, pero sobretodo por un reportaje que realizó entonces como estudiante de periodismo en el que hizo entrevistas a mujeres maltratadas de la casa protegida Julia de Burgos.
«Me inspiraron más las entrevistas que la propia experiencia», indicó la joven autora. «Quería reflejar los problemas que se pueden dar en una relación y cómo salir de ella», añadió.
Pendiente de publicar un poemario, de terminar su tesina de periodismo y psicología, y enfrascada en su próxima novela, que será periodística y policiaca y se llamará «Mi vida con el bolígrafo» o «Estylo», ahora se encuentra inmersa en su proyecto de internet www.loquenodije.com.
El sitio web recoge noticias periodísticas relacionadas con la violencia doméstica, ensayos psicológicos y también escribe ella para explicar cómo se detecta a un agresor y cuáles son los recursos a los que las víctimas pueden acudir.
«Me escriben mujeres que buscan en Google sobre la violencia doméstica y encuentran mi página, desde México a España. Yo les busco el número de la policía y los sitios más cercanos a ellas donde pueden acudir», explicó.
«Esto es lo más importante que he hecho además de la novela», subraya.
Asegura que no tiene miedo de expresar la semana próxima en el Parlamento su postura sobre la reforma del Código Civil: «es mucho de lo que voy a hablar. Voy a aprovechar el periodismo para sintetizar un testimonio como hija de lesbiana y teniendo conocimiento de la iglesia, porque conozco el catecismo».
Álvarez defiende que en los debates sobre el nuevo Código Civil se está «dando énfasis
sólo a las uniones de hecho, pero incluye muchas cosas, no sólo a los gays, también los embarazos in vitro y reduce la mayoría de edad de los 21 a los 18 años».
«Ahora (con 20 años), no puedo hacer nada sin la autorización de mi madre. Antes se decidió que fuera hasta los 21 años para asegurar la atención a los jóvenes hasta esa edad», explicó.
«Pero si puedo votar con 18 años y así decidir el futuro de mi país y además puedo ir a la guerra, ¿cómo es posible que no tenga derecho a otras cosas y que tengamos tantas responsabilidades?», planteó.
Pero sobretodo, lo que combatirá la semana que viene en el Parlamento será que algunos legisladores «creen que si uno viene de una familia no tradicional, uno no puede ser nada en la vida, como por ejemplo yo, que soy hija de lesbiana, y mira, la autora más joven de Puerto Rico y deponiendo en el Senado».
«No es justo que religiosos y otras personas nos miren mal. Cuando los atacan a ellos (homosexuales) están atacando a toda la familia, incluidos sus hijos», añadió.
Dijo que sus próximas novelas siempre incluirán lo social, aunque con un ingrediente de poesía, que «es aquello que habla bonito aún de la tristeza», y teniendo en cuenta sus tres pasiones: «el periodismo, la psicología y la literatura».

Prohibición de fumar en cárceles puertorriqueñas aumenta la tensión en presos

02.02.2007  
P.RICO-CARCELES
Prohibición de fumar en cárceles puertorriqueñas aumenta la tensión en presos
Iñaki Estívaliz San Juan, 2 feb (EFE).- Los presos fumadores de Puerto Rico se muerden las uñas porque las autoridades les han bajado la dosis de nicotina de diez paquetes -de 20 cigarrillos- mensuales «a dos o tres», y en un mes tendrán que dejar de fumar por completo, por muy larga que sea la pena que les quede por cumplir.
El procurador del Confinado puertorriqueño, Eriberto Orta, defendió en una entrevista con Efe que se hagan excepciones a la ley que limitará los lugares permitidos para fumar en todo el país y que el secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación, Miguel Pereira, ha interpretado en un reglamento carcelario «drástico».
«No tengo ninguna duda de que puede haber motines. Conociendo la idiosincrasia del confinado: si tu me provocas; eso tiene que tener una consecuencia. Por menos de eso, dentro se forma un rebolú (alboroto), aunque esperemos que no», explicó Orta.
Los aproximadamente 14.500 presos y presas de las 45 instituciones carcelarias de Puerto Rico, con 3,9 millones de habitantes, pueden recibir en una cuenta de banco unos 100 dólares mensuales para gastar en la cantina, y los cigarrillos «no entran ni con las visitas ni por correo».
Pereira, responsable de prisiones, anunció el pasado miércoles los detalles del nuevo reglamento carcelario que implantará en las cárceles puertorriqueñas para regular la ley que el gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, firmó el 2 de marzo de 2006 para prohibir fumar en edificios, ascensores y vehículos públicos.
A partir del próximo 2 de marzo no se podrán encender pitillos en establecimientos de comida, bares, licorerías, casinos y comercios, guarderías y asilos y en lugares de trabajo con más de un empleado o en vehículos privados en los que viajen menores de 13 años.
Acevedo Vilá explicó que se podrá fumar en áreas al aire libre fuera de las de trabajo y en los negocios dedicados exclusivamente a la venta de tabaco y sus derivados.
A los presos boricuas fumadores les llevan dado clases para dejar de fumar desde hace seis meses y se les ha dado chicles y parches de nicotina, anunció Pereira, quien aceptó que pueda aumentar el contrabando, pero insistió en que implantará su reglamento al pie de la letra.
Orta reitera que la prohibición de fumar en las cárceles es una medida «fuera de toda lógica» cuando la situación en las prisiones puertorriqueñas se parece a la de «los años 70 y 80, cuando imperaba el más bravo. Era la guerra del más bravo y por esos surgieron» grupos como la Asociación Pro Derechos del Confinado.
Conocida como La ÑETA, la organización participó en las vistas legislativas que se celebraron entonces para investigar la situación de los presos en las cárceles boricuas y en las que denunció que los nuevos reclusos eran vendidos como esclavos sexuales «por dos cartones de cigarrillos».
En marzo de 2006 se conmemoró el 25 aniversario del asesinato del fundador de La ÑETA, Carlos «la Sombra» López Iriarte, quien revolucionó el sistema de corrección cuando la precariedad de la vida carcelaria era extrema y que murió asesinado poco después.
La ÑETA impone un estricto código de conducta en las cárceles evitando incluso el uso de palabras malsonantes o que un preso entre en la celda de otro sin permiso y el máximo de sus preceptos dice: «el grande protege al pequeño».
El presidente de La ÑETA, Bonifacio López Rivera, muestra el símbolo de la organización
de presos todos los días desde la cárcel a través de un comercial de televisión que emite una cadena local: eleva la mano derecha, dirige hacia arriba el dedo índice y lo abraza con el vecino apéndice corazón.
En su mensaje de servicio público, La ÑETA advierte de que no protegerá dentro de las prisiones a violadores sexuales ni a los que den a parar allí por haber causado la muerte a otra persona perpetuando la nociva costumbre de disparar al aire la noche de fin de año o con cualquier otra excusa.
La ÑETA tiene enorme influencia en la sociedad puertorriqueña, que sufre una media de dos asesinatos al día, pero sobre todo en los sectores sociales más desfavorecidos y muchos presos se organizan en grupos según el residencial (vecindario humilde) del que procedan.
«Aquí por cualquier delito vas para la cárcel y creas un criminal de un potencial buen ciudadano. Porque eso es la cárcel», sentenció Orta asegurando que en las boricuas «no existen programas enfocados en lograr la reintegración. La filosofía es simple: lo almacenamos ahí y lo olvidamos… y ahora sin fumar».