Abrumadora victoria del MAS en Bolivia y esperan regreso de Morales

Iñaki Estaliz

La Paz, 23 de octubre de 2020.- El Tribunal Supremo Electoral (TES) de Bolivia anunció hoy que había escrutado el cien por cien de los votos emitidos en las elecciones del pasado domingo y que otorgan una abrumadora victoria al Movimiento Al Socialismo (MAS).

Los líderes del MAS, Luis Arce y David Choquehuanca, serán los próximos presidente y vicepresidente, respectivamente, al haber obtenido el partido en primera vuelta un 55,10 por ciento de los votos, seguido por Comunidad Ciudadana (CC), de Carlos Mesa, con el 28,83 por ciento, y la alianza Creemos, de Luis Fernando Camacho, con el 14 por ciento.

Esos resultados han sorprendido a propios y extraños ya que la mayoría de las encuestas realizadas antes de las elecciones daban tanto al Mas como a CC una intención de voto de entorno al 40 por ciento. 

El TSE informó hoy que esta noche presentará de manera oficial los resultados finales y que proclamará a los ganadores.

Las elecciones se celebraron el pasado domingo con una participación superior al 87 por ciento y sin que se presentaran incidentes de consideración. 

Los principales líderes de la oposición han reconocido la victoria del MAS y solo algunos grupos, que han sido declarados como “marginales” por los ganadores, han protestado, aisladamente y sin mayor trascendencia, los resultados.  

Representantes de las Naciones Unidas (ONU), de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) han avalado la legitimidad de los resultados y destacaron la transparencia e independencia del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

El antecedente de las fallidas elecciones del año pasado, que fueron anuladas por acusaciones de fraude y tras las cuales se desató la violencia dejando 12 muertos, y el miedo al COVID-19, no impidieron que los bolivianos acudieran el domingo pasado masiva y ordenadamente a las urnas. 

El asesor electoral para Bolivia del sistema de la ONU, Luis Martínez, aseguró en radio Panamericana que no habían identificado ningún tipo de fraude ni durante la jornada electoral ni en proceso de cómputo de los votos. Martinez indicó que “en esta ocasión hubo una gran transparencia, en comparación con las anteriores” elecciones, cuando “sí que hubo muchas irregularidades” que todavía están siendo investigadas.

Por su parte, el informe preliminar de la Misión de Observación Electoral de la OEA, indica que la contienda de este año fue “más equitativa” que la del año pasado, dando como resultado “una jornada electoral exitosa en la que no se presentaron acciones fraudulentas”.

“La ciudadanía votó libremente y el resultado ha sido contundente. Esto le brinda un alto nivel de legitimidad al gobierno entrante, a las instituciones bolivianas y al proceso electoral”, añade el informe de la Misión de la OEA.

La Uniore, que ya presentó su informe el pasado lunes, constató que los comicios transcurrieron “sin contratiempos y de manera pacífica”. 

La portavoz de la Uniore, Pamela San Martín, indicó que “si bien se advirtieron algunos elementos logísticos que se pudieron mejorar y fortalecer, no se ha registrado irregularidad alguna que invalide o deslegitime el proceso electoral y sus resultados”.

Por su parte, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, felicitó ayer al presidente electo Luis Arce y le manifestó su voluntad de trabajar con su gobierno, pero reiteró que hubo fraude en las elecciones del 20 de octubre de 2019 con “alteración de actas, actas rellenadas, actas falsificadas, servidores ocultos que transmitían votos dentro del sistema, votos de personas fallecidas que aparecían como votantes”.

El MAS y organizaciones afines como el Grupo Puebla acusaron a Almagro de haber montado un falso fraude electoral en 2019 para derrocar al entonces presidente, Evo Morales, y han solicitado su renuncia al frente de la OEA.

Por su parte, el presidente electo indicó en una entrevista con Página 12 que “evidentemente, con el resultado tan aplastante (de este año) quedó claro que el año pasado también ganamos. El compañero Evo ganó en primera vuelta, de manera limpia”. 

Morales, desde su exilio en Argentina, manifestó que Almagro “debería renunciar a la OEA” porque “sus manos están manchadas de sangre de bolivianos. No tiene moral para dirigir los destinos de la OEA”.

El MAS ha anunciado que invitará a la toma de posesión, prevista para que se realice entre el 30 de octubre y el 14 de noviembre, a todos los mandatarios de la región y a los expresidentes de Bolivia, incluyendo a Morales.

El miércoles, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, expresó su deseo de acompañar a Morales a la toma de posesión de Arce. 

Desde Madrid, el magistrado español Baltasar Garzón, uno de los abogados de la defensa internacional de Morales, aseguró que el expresidente de Bolivia volverá a su país, «que es donde tiene que estar», según publican medios locales.

Tras las acusaciones de fraude electoral y un proceso penal que se inició en su contra en el que se le acusa incluso de terrorismo por la violencia generada tras la anulación de las elecciones, Morales se exilió a México primero y, en diciembre, a Buenos Aires, donde se encuentra en la actualidad.

Garzón plantea que nunca hubo una causa penal «real» contra Morales, como señalaría el hecho de que la Interpol «no haya dado trámite a la alerta roja de detención».

Garzón expresó que los nuevos presidentes y vicepresidentes de Bolivia deberán ejercer sus responsabilidades para que Morales pueda decidir “en libertad” si regresa a su país, “de donde nunca debió salir, y si lo hizo fue por las circunstancias claramente motivadas por un golpe de Estado cuyo objetivo era acabar políticamente con él y con su libertad”. ie

Bolivianos dan lección democrática y esperan ahora que los políticos estén a la altura

Por Iñaki Estívaliz

La Paz, 18 de octubre 2020.- Ni las largas filas, ni las esporádicas granizadas, ni el miedo a la violencia y al Covid-19 impidieron que los bolivianos acudieran hoy masiva y pacíficamente a las urnas para elegir a sus próximos presidente, vicepresidente, senadores y diputados para los próximos cinco años.

Cuando todavía el Organismo Electoral Plurinacional todavía no había comenzado a publicar resultados, algunos colegios electorales de La Paz y Santa Cruz confirmaban que la participación había superado en muchas mesas el 90 por ciento.

“Sí, a pesar de las condiciones de pandemia y de un cierto temor a la conflictividad social que arrastramos desde el año pasado, creo que la ciudadanía comprende que su participación en las urnas puede mostrar un camino democrático de solución de problemas”, expresa el sociólogo Juan Pablo Flores, investigador del no lucrativo Centro de Estudios y Ayuda al Desarrollo Local (CEADL).

La conflictividad social a la que se refiere el investigador social es la que se teme que se podría repetir este año como la que se produjo tras los comicios del año pasado, que fueron anulados por acusaciones de fraude por parte del entonces partido del gobierno, el Movimiento Al Socialismo (MAS).

La convulsión social acabó con 12 muertos y con el entonces presidente, Evo Morales, exiliado en México, hoy en Buenos Aires, y con la opositora Jeanine Añez, hasta entonces segunda vicepresidenta del Senado, como presidenta interina del Estado Plurinacional de Bolivia.

Tras una jornada electoral ejemplar, ahora los bolivianos esperan que los políticos estén a la altura.

Como apunta Flores, “esto debe estar acompañado por la lectura democrática que hagan los líderes de los partidos políticos  en pugna así como sus militantes”.

“Evidentemente, hasta ahora (el día) fue tranquilo con pequeños incidentes que ocurren en este tipo de elecciones como no encontrar las mesas o los recintos de votación, o que no están en las listas de sufragio y demás. Hasta ahora, hasta este momento fue una jornada tranquila”, explica el también coordinador de circunscripción de Observa Bolivia, novel iniciativa por la que se ha adiestrado y desplegado a 12.000 observadores ciudadanos en los colegios electorales de todo el país.

“Ahora esperemos que los líderes políticos tengan una lectura correcta de la participación ciudadana y estén a la altura de esta participación, que en términos generales lo hizo en paz. Ahora, en términos populares, la pelota está con los políticos y creo que todos estamos esperando con expectativa los resultados que nos arrojará esta participación”, indica el sociólogo.

La presidenta interina, líderes políticos, funcionarios electorales y personalidades han celebrado lo que se ha calificado como “una fiesta democrática tranquila”.

De los seis candidatos a la Presidencia, partía en tercera posición según las encuestas, Luis Fernando Camacho, de Creemos; en segunda Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana; y con mayores porcentajes de intención de voto, Luis Arce, del MAS.

Desde Buenos Aires, antes del cierre de colegios, Morales realizó varias apariciones, en redes sociales y en una conferencia de prensa, para animar a votar pacíficamente.

El Tribunal Supremo Electoral anunció este sábado que no utilizará hoy el método de conteo rápido DIREPRE (Difusión de Resultados Rápidos) que provocó la crisis democrática tras las elecciones del 20 de noviembre de 2019.

Cuando el DIREPRE dejó de funcionar el día de las elecciones del año pasado a las 8 de la noche, se acusó al gobierno de Morales de fraude electoral y se acabaron anulando loscomicios.

Más de 7 millones de bolivianos y bolivianas, de los 11 millones de habitantes de Bolivia, estaban hoy convocados para votar. ie

Bolivia: unas elecciones sin izquierda

por Iñaki Estívaliz

La Paz, 17 de octubre 2020.- La tranquilidad y aparente despreocupación eran la tónica general esta mañana de sábado previa a las elecciones del domingo en las calles de La Paz, a pesar de los discursos incendiarios de algunos políticos y los mensajes alarmistas de los medios de comunicación. 

Bolivianos y bolivianas con sus barbijos (mascarillas) paseaban por el céntrico paseo de El Prado mientras los conductores de movilidades (minibuses públicos) voceaban sus destinos en las esquinas. Las vendedoras callejeras de sándwich de Chola, salteñas y rellenos de papa ofrecían sus productos con normalidad, aunque con la imposición de cerrar a las tres de la tarde debido a la inminente cita electoral, por la que además se prohíbe la venta de alcohol.

Unos 7,3 millones de electores están habilitados para votar por 352 autoridades entre presidente, vicepresidente, senadores y diputados.

Las elecciones del domingo serán las primeras después de los frustrados comicios del 20 de octubre del año pasado en los que acusaciones de fraude contra el presidente Evo Morales y la subsiguiente convulsión social acabaron con el líder indígena exiliado en México, ahora en Argentina, y con la opositora Jeanine Añez, hasta entonces segunda vicepresidenta del Senado, como presidenta interina del Estado Plurinacional de Bolivia.

Aunque compiten seis candidatos, son tres los que tienen posibilidades de ganar según las encuestas: Luis Fernando Camacho (Creemos), Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana) y Luis Arce (Movimiento Al Socialismo).

Los tres candidatos son opciones ideológicas de derecha, a pesar de las siglas del MAS, según algunos izquierdistas independientes que alegan que el Movimiento Al Socialismo de Evo Morales dejó de ser de izquierdas después de unos pocos años de llegar al poder en 2006.

En los 14 años que gobernó Morales, el PIB de Bolivia pasó de los 9.000 millones de dólares a los 40.000 millones, la pobreza extrema bajó del 38 % al 15 %, el desempleo disminuyó del 8,1% al 4,2%, y el salario mínimo aumentó de los 60 a los 310 dólares. 

Además, instituyó bonos sociales que llegan al 42 % de la población. El bono Juancito Pinto, implantado en 2006, busca reducir la deserción escolar y consiste en un pago de 200 bolivianos (29 dólares) a estudiantes del nivel primario hasta cuarto de secundaria. El bono Renta Dignidad, desde el 2008, es una pensión vitalicia para los mayores de 60 años.

También se presentan como principales logros de Morales la nacionalización de los hidrocarburos y la visibilización e integración de los indígenas en la sociedad boliviana.

Mientras tanto, líderes sociales ajenos a la disciplinas de partido denuncian que se han reducido los espacios cívicos y se han perjudicado derechos como a la libre participación o a la información libre. Del mismo modo plantean que las nacionalizaciones no han sido tales y de las reivindicaciones indígenas solo han sido escuchadas las de los aymaras de Morales.

“Yo soy masista (del MAS), pero lo que no soy es evista (de Evo Morales), yo me reclamo masista de los que hemos estado desde el principio”, defiende Juan Carlos Balderas, director del no lucrativo Centro de Estudios de Ayuda al Desarrollo Local (CEADL), que asegura que en 2009 el MAS dejó de ser de izquierdas. “Yo no encuentro diferencias ahorita entre la derecha y el MAS. Desde mi punto de vista, en estas elecciones no hay izquierda”, insiste.

El show de las nacionalizaciones

Le planteo que con Morales se produjo una redistribución de la riqueza y me señala: “ustedes vienen con esa imagen idealizada que se tiene de Evo Morales”, pero en lo que realmente ha sido bueno es en las relaciones públicas en el exterior.

El también presidente del Capítulo Boliviano de la organización Derechos Humanos Desarrollo y Democracia explica que conoció a Morales en 1997 cuando lo asistió en la organización de campeonatos de fútbol entre los más desfavorecidos, cuando todavía Evo era un “líder de la izquierda”. 

Balderas expone que la Asamblea Constituyente de 2007 se suponía que iba a ser refundadora del país, pero que se quedó en una mera eliminación de la República heredera de Sánchez Lozada, “uno de los íconos del neoliberalismo latinoamericano”. Ya entonces, “los elementos más radicales de la derecha” empezaron a copar puestos clave dentro del MAS.

Los objetivos principales de la Asamblea “no se han satisfecho nunca, por ejemplo, el caso de la nacionalización real de los recursos naturales”.

Balderas considera que se hizo “todo un show de la nacionalización” de los hidrocarburos que incluyó la presencia militar en los campos de extracción, pero que en realidad lo que se produjo fue “una migración contractual”. Las mismas transnacionales siguieron explotando los recursos pero en lugar de pagar a Bolivia un 50 % de pago impositivo se pasó a un 80 %, con lo que se aumentaron los recaudos, pero entonces las corporaciones internacionales comienzan a exigir el reconocimiento de bonos de producción por gastos de operación “que tienen que ser devueltos con una remuneración concreta y cuando te das cuenta lo que está sucediendo es que estamos más jodidos que antes”.

Por otro lado, se le concede la explotación del litio a una empresa alemana por 70 años, apunta Quebracho, histórico líder comunitario y miembro del Frente Patriótico Revolucionario y del Partido Socialista 1, que no concurren a las elecciones. 

“No hay tal cosa como la estatalización de los recursos”, insiste Balderas. 

El desconocimiento de los pueblos indígenas no aymaras

Según el director del CEADL, Morales “desconoció a los pueblos indígenas, particularmente los indígenas de las tierras bajas, porque en realidad la hegemonía política que pretendía construir Evo es una ideología basada en un aymaracentrismo y en este país no todos somos aymara, habemos quechua, guaraníes, lekos. Es una diversidad muy fuerte de identidades indígenas desconocidas por el aparato del estado que es el gobierno”.

“Somos 36 identidades indígenas, no solo aymaras”, participa Quebracho.

“Pero el Estado reconoce 37 lenguas oficiales, incluyendo al español”, cuestiono.

Balderas recuerda entonces que Evo quiso construir una carretera que pudiera unir el estado de Rondonia en Brasil con Bolivia, enlazando el departamento del Beni con Cochabamba y Cochabamba con Chile hacia una salida al Pacífico. La carretera partía por el centro una importante reserva hidrológica en terrenos de los nativos de “tierras bajas en un proceso brutal de negación de los derechos indígenas reconocidos por Naciones Unidas”.

Los indígenas de las tierras bajas, no aymaras, llegaron en marcha hasta La Paz para sufrir “una represión brutal” ordenada por Morales, “supuestamente representante de las naciones indígenas”.

En otra marcha a La Paz de personas discapacitadas reclamando su derecho “a vivir con dignidad”, también sufrieron “la represión más brutal”.

“Esto desvirtúa el sentimiento con el que llegas a Bolivia. Todo ese ensueño de ver un país que avanza por las vías de la solidaridad, la complementariedad de culturas, no existe, no existe. Lo que sí ha hecho muy bien Evo es tener un aparato comunicacional internacional de primer nivel que ha logrado una opinión pública mundial a su favor”, me espeta Balderas.

Quebracho y Balderas forman parte del Grito de los Excluídos, ligados a los foros de Sao Paulo y México, y reclaman “una discusión sobre política pero basada en la ética. La política sin ética no se entiende”.

Desde el CEADL, Balderas es uno de los responsables de una iniciativa por la que se ha adiestrado a 12,000 bolivianos, principalmente menores de 25 años, para que supervisar mañana las elecciones de manera independiente aunque autorizados por el Tribunal Electoral.

Este es un intento de “despertar a la ciudadanía para que pueda reconstruir sus capacidades y podamos ampliar lo que es la participación ciudadana” en un intento “para que este país no termine de irse al diablo”. ie

Atípicas elecciones en Bolivia contarán con supervisión ciudadana

Iñaki Estívaliz

La Paz, 16 de octubre 2020.- Bolivianos y bolivianas acudirán este domingo a las mesas electorales con miedo a la violencia, al Covid-19 y a la depresión económica, pero por primera vez en la historia del país andino contarán con un contingente de ciudadanos no adscritos a los partidos ni al gobierno que supervisarán a pie de urna los comicios.

Unos 7,3 millones de electores están habilitados para votar a 352 autoridades entre presidente, vicepresidente, senadores y diputados.

El director de la organización sin fines de lucro Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local (CEADL), Juan Carlos Balderas, uno de los responsables de la novedosa iniciativa ciudadana, explica que las elecciones en Bolivia siempre han contado con observadores internacionales, pero que esta será la primera vez que los comicios también serán supervisados por ciudadanos locales.  

“Por primera vez en el país se está dando un proceso de observancia electoral de la sociedad civil reconocida por el Estado”, explica Balderas en su oficina de La Paz, ciudad para la que se han capacitado 394 supervisores.

La iniciativa, que contará en todo el país con 12,000 observadores ciudadanos, ha sido impulsada por la Unión Europea, la Red OBSERVA Bolivia Tu Opinión Cuenta (que engloba a 16 organizaciones como el CEADL) y la Fundación IDEA Internacional.

Los supervisores u observadores ciudadanos han sido adiestrados “en lo que significa la ciudadanía plena y el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos, en qué significa ser jurado electoral, qué papeles cumple el presidente, el secretario de mesa”, qué es el Tribunal Electoral y qué son las Cortes Departamentales, “o sea, toda la arquitectura estatal que está destinada a este asunto”, indica Balderas.

De este modo, según Balderas, la sociedad civil boliviana toma una participación directa y concreta en el control y la supervisión de las elecciones “pero desde una perspectiva mucho más cualitativa”.

Las elecciones del domingo serán las primeras después de los frustrados comicios del 20 de octubre del año pasado en los que acusaciones de fraude contra el presidente Evo Morales y la subsiguiente convulsión social acabaron con el líder indígena exiliado en México, actualmente en Argentina, y con la opositora Jeanine Añez, hasta entonces segunda vicepresidenta del Senado, como presidenta interina del Estado Plurinacional de Bolivia.

En las elecciones del domingo habrá al menos dos supervisores ciudadanos en cada mesa electoral y se habilitará un centro de llamadas y una aplicación digital para que los observadores puedan presentar informes cada tres horas o siempre que suceda algún problema de envergadura, como que se les niegue realizar su cometido.

Balderas cuenta que no les costó tanto conseguir y capacitar a los supervisores, incluso para los lugares más remotos del país, como lograr “una relación orgánica y articulada con el Estado”, que finalmente autorizó la iniciativa a través del Tribunal Electoral y las Cortes Departamentales, ya que “no hay ninguna relación con el Gobierno como tal, pero sí hay una relación con el Estado”.

Tras las elecciones, se entregará un informe al Tribunal Electoral y a las Cortes Departamentales.

Los comicios del domingo van a estar marcados por varios factores atípicos.

“Estamos atravesando un momento electoralmente muy difícil en el país”, lamenta Balderas, quien indica que el primero de estos factores es el precedente electoral del año pasado cuando se anularon los comicios por el “elemento fraudulento más concreto” de que a las ocho de la noche se detuvo “el sistema de conteo porque cada vez era menor la distancia entre el primer y el segundo candidato, lo que forzaba una segunda vuelta que para el partido de gobierno hubiera sido muy difícil de remontar”.

Otro elemento clave que va a afectar las elecciones del domingo “tiene que ver con la violencia que se generó en el país después de que se anulan las elecciones y que hay un desborde de violencia muy fuerte muy sostenido” que se saldó con “12 personas asesinadas.

Un tercer factor importante que va a influir es el Covid-19. Con 11 millones y medio de habitantes, hasta el momento se han registrado en Bolivia 139,000 casos y 8,407 muertes.

“La crisis sanitaria que ha generado el Covid, que ha generado mucho miedo en el contexto de un país depauperado económicamente, con muy poca infraestructura sanitaria como para responder a los retos que trae el virus y una cantidad de muertes significativas para un país como este, que somos muy pocos, y fundamentalmente la sensación de miedo que se ha transmitido a la población a través de los mensajes cotidianos: no te acerques tanto que te vas a contagiar, que el contagio te lleva a la muerte irremediablemente”, relata Balderas.

“Hay toda una sicología de miedo que antecede a esta elección. Estos precedentes de violencia y miedo a la enfermedad le da una característica particular a esta elección”, añade.

Además, la sociedad sabe que gane quien gane no va a evitar una profunda crisis económicas.

También está el miedo, según Balderas, de que si el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales, representado en la candidatura de Luis Arce, resulta perdedor, sus seguidores “van a volver a violentar el país”.

Pero Balderas es optimista. Considera que la iniciativa de observadores ciudadanos es una forma de ampliar los espacios ciudadanos que habían sido restringidos y celebra que un 70 por ciento de los observadores son menores de 25 años.

“Se ha hecho un esfuerzo a nivel nacional realmente importante para que esta gente (observadores) no solo comprenda lo que es la democracia, la ciudadanía, el valor del voto, y todo lo que pueda significar el derecho ciudadano de supervisar estas elecciones, si no la posibilidad de la restructuración de un sueño diferente con relación a la visión de país que necesitamos”, sostiene Balderas. ie

Gane quien gane las elecciones en Bolivia, las mujeres pierden

Gane quien gane las elecciones en Bolivia, las mujeres pierden

Por Iñaki Estívaliz

Corresponsal de Wilana/Qhana (En Rojo/Claridad)

La Paz, 15 de octubre de 2020.- Gane quien gane las elecciones de este domingo en Bolivia, o en la segunda vuelta en diciembre, a los comicios les seguirá una profunda crisis económica de la cual las más perjudicadas serán las bolivianas, asegura la psicóloga, comunicadora, activista LGBT y por los derechos de las mujeres María Galindo.

Unos 7,3 millones de electores están habilitados para votar el 18 de octubre a 352 autoridades entre presidente, vicepresidente, senadores y diputados.

“Creo que Bolivia está yendo a unas elecciones donde la política, o el derecho a hacer política, está privatizado. Los bolivianos y las bolivianas tenemos derecho a elegir, pero no tenemos derecho a ser elegidos ni a ser elegidas”, manifiesta Galindo en una breve entrevista en el centro comunitario feminista La Virgen de los Deseos, del colectivo Mujeres Creando. 

Para Galindo, autora de libros como “Feminismo Urgente. ¡A despatriarcar!” y “No hay libertad política si no hay libertad sexual”, en Bolivia “no existe una democracia. Lo que va a haber el domingo es un escenario que responde a un acto de marketing electoral, que eso no es un acto democrático”. 

Las elecciones del domingo serán las primeras después de los frustrados comicios del 20 de octubre del año pasado en los que acusaciones de fraude contra el presidente Evo Morales y la subsiguiente convulsión social acabaron con el líder indígena exiliado en México y con la opositora Jeanine Añez, hasta entonces segunda vicepresidenta del Senado, como presidenta interina del Estado Plurinacional de Bolivia.

Galindo, que no se casa con nadie, ni con el Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales ni con ninguno de los grupos opositores, asegura que el gobierno de Añez ha sido el peor de la historia de Bolivia mientras se desayuna al periodista y profesor Roberto Brockmann, autor de “21 días de resistencia. Caída de Evo Morales”.

La sociedad boliviana se encuentra dividida entre los que piensan que la salida de Morales se debió a un golpe de estado, los miembros y simpatizantes del MAS, principalmente, y los que consideran que se trató de un proceso de renovación democrática legítimo.

Brockmann es de los que piensan que no hubo golpe de estado. En el programa radial Barricada, que Galindo dirige y conduce por Radio Deseo y que se transmite en video también por internet, la orgullosa lesbiana reventó esta mañana con su estilo directo e inmisericorde la narrativa “colonialista” de Brockmann, autor muy respetado en otros ambientes como el de la clase media blanca boliviana.

Sin pelos en la lengua y rabiosamente independiente, Galindo diseccionó las contradicciones, maniqueismos y ausencias imperdonables que a su parecer contiene el libro en la cara del autor, que trató de contestar cada embestida de la activista con toda la dignidad que pudo, con poca suerte la mayoría de las veces.

Vea la entrevista desayuno de María Galindo a Robert Brockmann siguiendo este enlace

“Bolivia está sumida en una crisis económica de corrupción y una crisis política muy profunda y se van a dar luchas muy importantes en los próximos meses”, me dijo después de acabar con Brockmann.

Galindo, quien en su libro “No hay libertad política si no hay libertad sexual” se describe como “escritora, grafitera, radialista, cocinera, cineasta, maricona pública y agitadora callejera”, ha popularizado eslóganes pintados en las paredes de La Paz y Buenos Aires como “Ninguna mujer nace para puta”, que además es el título de otro de sus libros.   

Su más reciente intervención callejera la realizó esta semana, el 12 de octubre. Con el eslogan “Nuestros sueños no caben en sus urnas”, un grupo de mujeres indígenas, principalmente, vistieron en La Paz la estatua de la reina Isabel la Católica de cholita, con su sombrero bombín, su pollera y su aguayo (pañuelo manta) y rebautizaron a la monarca como la Chola Globalizada.

Vea el programa de María Galindo sobre la intervención siguiendo este enlace

Sobre si la abrupta salida de Evo Morales del país se debió a un golpe de estado o a un proceso democrático, Galindo asegura que el proceso no tuvo nada de democrático y que hubo golpe, pero que tiene su propia “tesis abierta” sobre una narrativa que todavía está “en disputa”.

“Ha habido un golpe de estado pero han habido otro tipo de fenómenos más. El Movimiento al Socialismo no es la víctima de este proceso, el Movimiento al Socialismo es corresponsable de este proceso”, insiste con su voz tan áspera como lúcida e independiente.

Para las elecciones del domingo quedan en la competencia por la presidencia seis candidatos, pero solo tres cuentan con el suficiente respaldo, según las encuestas, para ganar: Luis Fernando Camacho (Creemos), Luis Arce (MAS) y Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana).

Salga quien salga, según Galindo, la mujer boliviana va a perder.

“No importa, cualquier gobierno que suba es un gobierno que es producto de un proceso de secuestro y de privatización de la política. No es que este -el que gane- va a funcionar para las mujeres. Yo de todas maneras estoy convencida de que vamos a ir a una crisis económica que se va a descargar con mayor crueldad en las espaldas de las mujeres independientemente de quien gane porque es lo que ha sucedido siempre”, lamenta la multifacética comunicadora y activista.

“La pandemia se ha descargado en las espaldas de las mujeres. La contención emocional, la contención económica, todo se ha descargado en las espaldas de las mujeres y estoy convencida que así va a ser”. ie