27.01.2006 22:25 CINE-LAVOE Jennifer López y Marc Anthony siguen en S.Juan rodaje sobre Lavoe Por Iñaki Estívaliz San Juan, 27 ene (EFE).- La pareja de «nuyoricans» Jennifer López y Marc Anthony volvió hoy a disfrutar el sueño compartido de llevar a la pantalla grande la vida del vocalista maldito de la salsa, el puertorriqueño Héctor Lavoe. Mientras Anthony aprovechaba cualquier parada del rodaje de la película «El cantante» para ponerse a bailar a su aire, López exhibía constantemente su sonrisa dejándose llevar por el equipo de producción a través de las adoquinadas calles del Viejo San Juan. El matrimonio de artistas nacidos en Nueva York se encuentra en el segundo día de rodaje en San Juan de una película que produce la propia diva, que interpreta a «Puchi», la esposa de Lavoe, un astro de la salsa, interpretado por Anthony, que malogró su carrera por su afición a las drogas. «Están bien cómodos porque ellos nunca han hecho nada así, nunca han hecho de puertorriqueños. Están haciendo cosas muy cercanas a ellos: Jennifer nunca ha hecho un papel como éste en su vida, que le llegue tanto, y Marc tampoco, Marc está haciendo de un cantante que fue su ídolo», dijo a EFE en un descanso del rodaje el director de la película, el cubano León Ichaso. Para el matrimonio, filmar la historia de Lavoe «es como un sueño. Esta es la película de sus vidas, el sueño de sus vidas», insistió Ichaso, quien dirigió el filme «Piñero», sobre el escritor puertorriqueño Miguel Piñero. El director explicó que «El cantante», que en su mayoría se ha rodado ya en Nueva York, donde transcurre gran parte de la vida de Lavoe, es una película de bajo presupuesto, ya que se realizará con 20 millones de dólares y se rodará en 33 días. «No es una película de Hollywood», dijo Ichaso, quien aseguró que eso lo valorará el público, porque «se evitan esas estupideces de los grandes estudios que nos ponen a los latinos que nos levantamos de la cama tocando maracas. No, esto es real, así fue la historia». La película recorre la historia de Héctor Lavoe (1946-1993), quien en 1963, como otros miles de puertorriqueños, viajó a Nueva York a buscar mejores oportunidades. Allí formó parte de las orquestas New Yorker y la de Kako Colón, para unirse a Willie Colón en 1967 y escribir los mejores momentos de la llamada «salsa gorda». Usualmente criticado por llegar con retraso a sus conciertos, a menudo por estar bajo la influencia de sustancias prohibidas, popularizó una canción que decía: «Por mi madre que es la última vez que llego tarde». Debido a una serie de desgracias y a su adicción a las drogas, trató de suicidarse en San Juan al tirarse del noveno piso de un hotel en 1988, y finalmente murió en 1993 sumido en la pobreza y rechazado por sus amigos. «El tema de la adicción de Lavoe se va a tratar de una forma muy franca y realista, no se puede esconder la realidad. El propósito quizás es que mucha gente aprenda algo, aunque no es una lección, pero las drogas desbarataron a Héctor Lavoe y a muchos otros del mundo musical», explicó Ichaso. Gran parte de las desgracias que sufrió Lavoe se resumen en la película «en un año de su vida en que fue todo demasiado duro: murió su hijo, la madre de su esposa fue asesinada, tuvieron un fuego en su casa en el que lo perdieron todo, fue diagnosticado de sida, tuvo en Puerto Rico un concierto horrible, fallido, en el que fue muy poca gente», dijo el director. No obstante, agregó, la cinta acabará en uno de los mejores momentos de su vida, uno de sus conciertos en el Madison Square Garden de Nueva York que se rodará el 2 de febrero en el Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón. «Para todos los que no conocían ese mundo, aquí van a descubrir la fuerza que tuvo esa música y que sigue teniendo el legado de Héctor Lavoe y otros, como Willie Colón, La Fania, Roberto Roena, Ray Barreto, Eddie Palmieri… todo ese mundo. La gente lo va a descubrir a través de este vehículo», avanzó Ichaso. |
Comunidad Quebradillas despide soldado puertorriqueño muerto Irak
03.01.2006 |
IRAK-P.RICO Comunidad Quebradillas despide soldado puertorriqueño muerto Irak Por Iñaki Estívaliz Quebradillas (Puerto Rico) 3 ene (EFE).- El pueblo de Quebradillas (norte) despidió hoy al tercer soldado de esa comunidad muerto en Irak, que se convierte en la víctima puertorriqueña número 45 que fallece en el conflicto bélico. Luego de una multitudinaria misa en la parroquia San Rafael fue sepultado en el cementerio municipal de Quebradillas William López Feliciano, de 33 años, que murió el pasado 22 de diciembre al estallar un artefacto explosivo en Bagdad. El cadáver del militar, que estaba adscrito a la División Tercera de Infantería con sede en Fort Campbell, Kentucky, fue sepultado en la tumba vecina de Alexis Román Cruz, otro militar muerto en Irak en noviembre pasado. El sargento de primera clase Pedro Muñoz Yambo, también de Quebradillas, falleció en enero pasado en Shindad (Afganistán). López Feliciano, quien deja viuda y tres hijos de diez, ocho y uno año, había dejado el Ejército el año pasado, pero se volvió a alistar luego que estuvo un tiempo desempleado. Durante la misa, el padre castrense Rafael Rodríguez exhortó a los fieles a orar por la paz y el sosiego en Irak, pero también en el interior de los corazones, «porque hay muchas guerras y ninguna tiene razón de ser». El alcalde de Quebradillas, Heriberto Vélez, indicó a EFE que la muerte de tres soldados es demasiado para un pueblo de 25.000 habitantes. «Y todavía quedan muchos jóvenes de Quebradillas allí (en Irak)», sostuvo Vélez, que se identificó como amigo personal, «como un hermano» del padre de López Feliciano, y maestro de su hermano. «Son gente humilde, luchadora, y por eso estamos bien sentidos por esta muerte», explicó Vélez, quien considera que es hora que devuelvan «a los soldados, tanto quebradillanos como boricuas». Se dispararon tres salvas en honor al soldado y el canto de pésame de la trompeta militar acompañó los sollozos de la viuda y los familiares de López Feliciano. «No se trata de estar en contra del gobierno de Estados Unidos, ni del Ejército, se trata de que estos jóvenes que van a buscar un porvenir, no pierdan su vida en una guerra que no tiene sentido», reiteró el alcalde de Quebradillas. Una prima de López Feliciano, Yarrira Pérez Feliciano, contó que a Willy, como le llamaba, le gustaba divertirse, compartir en grupo y hacer travesuras. «Si Willy y sus amigos cortaban clases eso no era un secreto porque se iban a casa de su abuela Dolores y allí le contaban las travesuras que habían hecho porque no tenían nada que ocultar», recordó. Pérez dijo que su primo había estado en Nueva York, Egipto, Afganistán y en Hawai, donde jugaba al dominó y recordaba a Puerto Rico comiendo platos típicos boricuas. «Estuvo un mes y diez días en Irak y hoy lo recibimos como un héroe que luchó por el sustento de su familia», señaló su prima. |