12.06.2007 | |
P.RICO-MONOS Gobierno y agricultores tratan de erradicar una plaga de monos Iñaki Estívaliz San Juan, 12 jun (EFE).- Un grupo de monos, utilizados a mediados del siglo pasado en estudios de comportamiento en islotes de Puerto Rico, cruzaron a nado al sur de la isla caribeña y sus descendientes, una población de unos mil primates, se han convertido en un dolor de cabeza para las autoridades y agricultores. Según el Departamento de Agricultura, los monos, de las especies «rhesus» y «patas», están causando pérdidas en las cosechas de los agricultores del municipio de Lajas (suroeste), principalmente, que superan el millón de dólares anuales. El secretario del DRNA, Javier Vérez Arocho, informó hoy a Efe de que el próximo jueves el gobernador Aníbal Acevedo Vilá firmará una orden ejecutiva de emergencia para dedicar 450.000 dólares anuales durante los próximos cuatro años a la erradicación de los monos. Además, el Departamento de Agricultura aportó 165.000 dólares para la construcción de jaulas y financiar el adiestramiento a especialistas para la captura de los monos y aportar el equipo necesario para que las capturas se realicen con seguridad. La primera colonia de estos monos se estableció en 1938 en los islotes Cueva y Guayacán, a poca distancia de la costa suroeste de Puerto Rico, para realizar estudios de comportamiento y proveer primates para investigaciones biomédicas y anatómicas en un proyecto administrado por la universidad del país caribeño. Algunos de ellos escaparon en la década de 1980, aprendieron a nadar y llegaron a la costa suroccidental de Puerto Rico, donde causan estragos en las cosechas, degradan el ecosistema de las especies autóctonas, asustan a los habitantes de la zona con sus afilados incisivos y son portadores de bacterias. |
A los monos, que se han visto también en Guánica, San Germán, Cabo Rojo, Lares e incluso en áreas de la zona metropolitana de San Juan, les gustan especialmente los melones, las calabazas, los mangos y los tamarindos. El único censo oficial realizado a la población de monos en Puerto Rico fue en 1995, cuando la doctora Janis González, directora asociada del Centro Caribeño de Primates de la Universidad de Puerto Rico, encontró unos 150 «rhesus» (macaca mulatta) y otros tantos «patas» (erythocebus patas). En 2003, el entonces epidemiólogo del Estado, Francisco Alvarado Ramy, advirtió de los riesgos de tener contacto con los «monos macacos», porque en su mayoría portan herpes tipo B, que es transmisible a los humanos. El mes pasado, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) emprendió un programa para la erradicación de los monos consistente en instalar jaulas y trampas en las propias granjas. Vélez Arocho lamentó que algunos agricultores estén pidiendo que se les paguen 100 dólares por cada mono capturado. Uno de ellos, Georgie Ferrer, entregó hoy al DRNA dos especímenes capturados ayer y convocó a la prensa para reclamar una ayuda por las capturas. «El departamento está haciendo el trabajo. Si los agricultores quieren participar, magnífico», indicó Vélez Arocho, quien subrayó que «no nos puede poner condiciones». El secretario explicó que en este momento su departamento se encuentra «cebando» las trampas en campos donde no hay cultivos activos para que los primates vuelvan a ellos y sean capturados mientras se alejan de los frutales. Por su parte, Ferrer indicó a Efe que sería más efectivo otorgar la ayuda por animal capturado y conceder los permisos pertinentes a los agricultores en lugar de dedicar recursos del DRNA para la labor. Ferrer aseguró que en la zona, donde antes de la llegada de los monos se cultivaba una gran variedad de frutos, ahora, entre el 75 y 80 por ciento de las tierras se dedican al forraje porque «nadie va a cultivar para alimentar a los monos y tener pérdidas económicas». |