Puerto Rico, una isla con muchos días libres para los trabajadores

27.07.2007  
P.RICO-TRABAJO (crónica)
Puerto Rico, una isla con muchos días libres para los trabajadores
Iñaki Estívaliz San Juan, 27 jul (EFE).- La expresión «a nadie le gusta trabajar» está cayendo en desuso en beneficio de otras como «me encanta mi trabajo» o «busco un trabajo en el que me sienta realizado», pero lo que está claro es que a muy pocos les amarga un día libre, y en eso, los puertorriqueños son los más afortunados, casi siempre.
En la isla caribeña se celebran las fechas de asueto instauradas por el Gobierno de Estados Unidos -Puerto Rico tiene el estatus de Estado Libre Asociado (ELA)-, las del calendario católico de herencia española y algunas exclusivas del país lo que se traduce en un total de 22 días festivos oficiales y, además, los gobernadores recurren a otorgar jornadas «libres» con diferentes motivos.
Si el mundo hispánico celebra el 12 de octubre el Descubrimiento de América, en Puerto Rico se conmemora también el 19 de noviembre la llegada de Cristóbal Colón a la isla caribeña en su segundo viaje.
Cuando el 15 de febrero EE.UU. celebra el Día de los Presidentes, en Puerto Rico se conmemoran también los natalicios de los próceres boricuas Eugenio María de Hostos, José de Diego, Luis Muñoz Marín y José Celso Barbosa.
Mientras el tercer jueves de noviembre los estadounidenses conmemoran el Día de Acción de Gracias y el 25 de diciembre llega Santa Claus con sus juguetes, los niños puertorriqueños esperan además los presentes de los tres Reyes Magos el 6 de enero, de acuerdo con la tradición española.
El 11 de ese mes, en EE.UU. se recuerda la memoria de Martin Luther King, como en Puerto Rico, donde es también el natalicio de Hostos y el 22 de marzo rememora la liberación de los esclavos boricuas.
«Yo me levanto por la mañana/me doy un baño y me perfumo/me como un buen desayuno/y no hago mas na’, mas na’», canta el Gran Combo de Puerto Rico en el éxito «Y no hago más na’», un reflejo de humorístico de la cotidianeidad del borícua de a pie.
El gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, aprovechando que esta semana tenía dos días festivos: el aniversario del Estado Libre Asociado (ELA) el 25 de julio y el natalicio de Celso Barbosa el 27; dio libre toda la semana a los empleados del gobierno.
El Ejecutivo aseguró que es una medida de ahorro que supondrá un beneficio de 8,3 millones de dólares para las arcas del Estado, mientras que desde el sector privado se señala que paralizará la economía, ya que aunque los empleados del sector trabajen estos días, muchos proyectos quedan paralizados a la espera de permisos.
Otra medida menos popular de Acevedo Vilá fue la que envió de vacaciones forzosas du
rante 15 días a 100.000 empleados públicos en mayo de 2006 para tratar de equilibrar un déficit presupuestario del Gobierno de 1.000 millones de dólares.
Días libres que otorgaron otros gobernadores sentaron mejor, como cuando en 1999 Pedro Rosselló decretó feriado el lunes siguiente a la victoria del boxeador Tito Trinidad ante Oscar de la Hoya que le valió el título mundial de las 147 libras del Consejo Mundial de Boxeo y la Federación Internacional de Boxeo.
La gobernadora Sila María Calderón hizo lo propio el lunes siguiente a la concesión de la corona de Miss Universo a la boricua Denis Quiñones en 2001.
Pero en Puerto Rico, isla llena de playas de anuncio de agencia de viajes y cuna de artistas de talla internacional, la productividad en el trabajo no sólo se ve mermada por la enorme cantidad de días libres.
En Nueva Zelanda, de características comparables con el país caribeño en cuanto a que es una isla de unos 4 millones de habitantes y que tiene una relación con Australia parecida a la que Puerto Rico mantiene con Estados Unidos, aunque con mayor autonomía que el ELA, está empleada la mitad de la población.
Sin embargo, en Puerto Rico trabajan, según las últimas cifras del Departamento del Trabajo, 1.234.000 personas y la tasa de desempleo es del 11,8 por ciento, mientras que en Nueva Zelanda solo es del 4,2 por ciento.
Para muchos estas cifras son la causa principal del llamado «mantengo», que relacionan a las ayudas federales que propician que para gran parte de la población sea más rentable no trabajar y pagar un dólar simbólico por una vivienda del Estado que buscar un empleo que no le permitirá pagar una residencia no subvencionada.
«Oiga compay, ¿usted sabe lo que es estar en un sillón mece que te mece/esperando que lleguen los cupones del Seguro Social?…/Qué bueno es vivir así, comiendo y sin trabajar/Recibiendo la pensión por loco/de loco yo no tengo na’, ¡listo que soy!», canta el Gran Combo.

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