Los puertorriqueños imprimen sus señas de identidad en la política

28.10.2008 
P.RICO-ELECCIONES/IDENTIDAD
Los puertorriqueños imprimen sus señas de identidad en la política
Iñaki Estívaliz
San Juan, 28 oct (EFE).- Puerto Rico, que el próximo 4 de noviembre celebra elecciones legislativas y a gobernador, conserva sus particularidades y señas de identidad marcadas por el orgullo de la defensa de la lengua española y la promoción de su
cultura, música e historia.
Ricky Martin, Chayanne, el Gran Combo, Daddy Yankee o el actor Benicio del Toro son muestras del peso de Puerto Rico -con una población de 4 millones de habitantes en la isla y otros tantos, incluyendo sus descendientes, en EE.UU.-, en la música y el cine contemporáneos.
La influencia de estos artistas en la sociedad boricua se reflejó en uno de los debates televisados de los candidatos a la Gobernación que fue moderado por Raymon Ayala, mejor conocido como Daddy Yankee, en una noche en la que ninguno de los candidatos vistió corbata en el plató.
La salsa y el reguetón marcan el ritmo, a menudo a un volumen ensordecedor, de las «caravanas criollas» en las que los candidatos electorales recorren el país subidos en grandes vehículos abiertos.
Los mítines parecen verbenas y hablar de política es el «deporte nacional», mientras que el día de los comicios rige «la ley seca» para evitar desmanes por el consumo de alcohol.
En época de elecciones, las típicas artesanías con motivos de la herencia española, como Don Quijote y Sancho, y las navideñas, como los Tres Reyes Magos, se mezclan en los puestos callejeros con los banderines y camisetas de los partidos políticos.
Tres de los cuatro partidos oficiales tienen en sus emblemas símbolos arraigados en la isla caribeña.
La imagen del Partido Popular Democrático (PPD) es «la pava», el tradicional sombrero campesino, mientras que Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR) tiene como logotipo un coquí, pequeña rana endémica de gracioso cantar nocturno.
Si en Puerto Rico el coquí es una seña de identidad, en Hawai, donde la rana llegó con los emigrantes boricuas, molesta como un dolor de cabeza y el gobierno hawaiano trata de erradicarla.
Por su parte, la insignia del Partido Nuevo Progresista (PNP) es una palmera tropical y sus integrantes buscan el voto pidiendo marcar «una cruz debajo de la palma».
La herencia de los esclavos africanos se refleja en la cocina, con platos como el sancocho, en la música, con ritmos como la bomba y la plena, y en el sincretismo religioso en cultos como la santería.
Puerto Rico fue una colonia española hasta 1898, cuando pasó a ser una jurisdicción del Congreso de Washington, que en 1917 extendió la ciudadanía estadounidense a los boricuas y en 1952 aprobó la firma de la Constitución del Estado Libre Asociado (ELA).
EE.UU. trató de instituir el inglés como único idioma en Puerto Rico prohibiendo las clases en español y promocionando la llegada de iglesias protestantes a principios del siglo XX, pero el español siguió siendo una marca de identidad boricua.
«La identidad y la resistencia cultural son las características que han definido a la sociedad puertorriqueña desde mediados del siglo XVIII hasta hoy», indica el profesor de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico Héctor Sepúlveda en su trabajo «Comunicación, identidad y resistencia cultural».
«El pueblo puertorriqueño ha sabido resistir la agenda de despersonalización y desarraigo que siempre ha caracterizado a los imperios coloniales», añadió.
El pueblo de Puerto Rico fue reconocido con el premio Príncipe de Asturias de las Letras 1991 por su «defensa ejemplar del español» al declararlo ese año como único idioma oficial.
Aunque en 1993, el entonces gobernador del anexionista PNP Pedro Rosselló (1993-2001) firmó una ley que volvía a hacer oficiales los dos idiomas, como había sido entre 1902 y 1991.
El pasado septiembre, los tribunales ordenaron que las papeletas de voto para las próximas elecciones se imprimieran por primera vez en español e inglés, lo que muchos vieron como una muestra de «pitiyankismo», vocablo boricua para señalar despectivamente a los pro-estadounidenses.
Pero las elecciones de la próxima semana tendrán otras particularidades, además de las
papeletas bilingües, que reflejan la idiosincrasia, contradictoria casi siempre y a menudo jocosa, de los boricuas, entre ellas, dos candidaturas por nominación directa.
La nominación directa significa votar a candidatos que no han oficializado formalmente sus aspiraciones.
Por un lado, está el movimiento «Rosselló Write-in», que pide el voto para el ex gobernador Rosselló, quien perdió en las primarias que el PNP celebró en marzo.
Por otro, está «Ninguno», personaje del grupo de teatro Papel Machete que desde hace semanas realiza pasacalles de cabezudos por las plazas puertorriqueñas.
«En la columna de nominación directa de tu papeleta para la gobernación escribe ‘Ninguno’, ya que ‘Ninguno’ realmente gobernará en beneficio de la clase trabajadora y en contra de los intereses de los ricos», defiende Papel Machete.

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