28.08.2007 | |
P.RICO-LIBROS Luis Rafael Sánchez da voz al perro de los Clinton en su nueva novela Iñaki Estívaliz San Juan, 28 ago (EFE).- La novela «Indiscreciones de un perro gringo», del escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez, sale hoy al mercado con una historia de ficción en la que se recrea a través del perro «Buddy» los entresijos de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton. Sánchez explicó hoy en una entrevista con Efe que su nuevo libro, el primero en los últimos veinte años, supone «un cambio total» en su dirección como escritor y un abandono «del arte nativo» de anteriores novelas como «La guaracha del Macho Camacho» o «La importancia de llamarse Daniel Santos». Explicó que «no es realismo mágico», en el que «la realidad misma produce la magia, el misterio», sino que se trata de un «realismo cibernético» que surge de las nuevas posibilidades que ofrecen las computadoras, «que son capaces de producir cualquier cosa». Sánchez, que fue definido por el escritor mexicano Carlos Fuentes como «el príncipe de las letras del Caribe» en un artículo de la revista «Time», ha escrito libros de ensayos como «La guagua aérea» y «Devórame otra vez», así como una docena de obras de teatro, entre ellas, «Quíntuples» y «La hiel nuestra de cada día». En «Indiscreciones de un perro gringo» utiliza el recurso del «texto encontrado», en este caso en un metro de Nueva York, para narrar la historia del «primer perro de EE.UU.» durante el mandato de Bill Clinton (1993-1997). «El primer perro Buddy Clinton» habría sido sometido a un experimento cibernético de «humanización» por parte de «científicos, poetas y filósofos» que investigan si «el cuadragésimo segundo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica cometió |
herejía genital al quedarse a solas con la bella señorita Mónica Lewinsky». En una desternillante sucesión de acontecimientos en la línea de los libros más divertidos del español Eduardo Mendoza, el lector será partícipe de las vicisitudes por las que pasa el fiel amigo del presidente Clinton y «la exquisita primera dama Hillary». «¿Por qué no ladré?», se pregunta el perro protagonista pensando que podría haber evitado el desprestigio de su amo y los futuros reproches de los investigadores, que descargaron sobre él acusaciones que son un resumen de los prejuicios que laceran a la sociedad estadounidense. «¡De qué no me acusaron!», se lamenta. En la novela se refleja también, según Sánchez, la «suspicacia étnica» existente en las grandes urbes, como Nueva York, donde existe «un sustrato de insatisfacción y de falta de solidaridad» entre los diferentes grupos étnicos que la componen. «Los suramericanos no son un todo homogéneo» y estas suspicacias étnicas se reflejan hasta en la cocina, pues miembros de comunidades muy parecidas culturalmente se niegan a comer los platos tradicionales de los otros, según el autor. Pero más que una crítica a la sociedad estadounidense o un análisis histórico político, «Indiscreciones…» es un libro divertido. Sánchez se reconoce «apasionado lector de la Biblia y el Corán, pero como literatura», considera que los intelectuales «poco pueden hacer» en la política y defiende que «tienen que estar en la acera opuesta del poder», que tiene la capacidad de halagarlos y enamorarlos. El intelectual se tiene que alejar del poder, tiene que «trabajar con absoluta honestidad, entender que no puede prestarse a las manipulaciones que caracterizan a los políticos, tiene que ser una voz en el desierto, sobretodo, en nuestro país», dijo. A pesar de no haber publicado novelas en 20 años, Sánchez trabaja en otras dos de ellas, una en la que «caribeñarizará» a Miguel de Cervantes y otra sobre Nueva York, «donde cada día más se concreta el gran sueño bolivariano en una gran ciudad del español, cada día se hispaniza más, enérgica, vibrante». |