19.05.2006 |
COLON-V CENTENARIO Monumental Colón abandonado en quinto aniversario de su muerte Iñaki Estívaliz San Juan, 19 may (EFE).- Gigantescos pedazos de una gran estatua del navegante Cristóbal Colón, que si estuviera en pie mediría más que la Estatua de la Libertad de Nueva York, se encuentran abandonados en un parque de Puerto Rico, en vísperas del 500 aniversario de la muerte del Almirante. El monumento llegó al municipio de Cataño, en la Bahía de San Juan, en 1998 tras las gestiones realizadas por el entonces alcalde del pueblo, Edwin Rivera Sierra, quien viajó hasta Rusia por las piezas de cobre y se gastó 2,4 millones de dólares del presupuesto municipal sólo en el transporte. Ocho años después de su llegada a la isla aún no se ha erigido porque la impresionante altura de la estatua que recibiría a los visitantes a San Juan con una imponente presencia interferiría el sobrevuelo de los aviones que llegan a uno de los aeropuertos de la capital puertorriqueña. Varios municipios han solicitado la estatua para levantarla en sus terrenos, como el de Mayagüez (oeste) y el de Aguada (noroeste), localidad por donde se cree que Colón entró por primera vez a la entonces isla de Borikén, hoy Puerto Rico, en su segundo viaje a América. El alcalde de Aguada, Luis Alberto Echevarría, aseguró a Efe que dispone de unos terrenos adecuados para levantar la estatua, y que el autor de la obra, el escultor y arquitecto ruso Zurab Tseretelli se había comprometido a pagar entre siete y ocho millones de dólares para montarla. «La estatua tiene que estar por donde entró Colón para que abone el desarrollo económico y turístico en el pueblo y la periferia», dijo Echevarría, quien indicó que Tseretelli «se siente ofendido» porque la de Puerto Rico es la única de sus obras que ha dado problemas. Tseretelli, promotor de la Fundación Internacional de Moscú para la UNESCO, está muy vinculado a las Naciones Unidas, para quien recauda fondos con las exposiciones de sus obras. |
En 1995 donó a España la obra «El nacimiento de un nuevo hombre», que, representando a Colón dentro de un huevo formado por las velas de las tres naves con las que llegó a América por primera vez, fue inaugurada en el parque de San Jerónimo (Sevilla) por la infanta Elena de Borbón, hija de los Reyes de España. El alcalde de Aguada indicó que aunque con la crisis económica y la espinosa situación política que atraviesa Puerto Rico «no hay ambiente» para hallar una solución, «hay que darle espacio a estas construcciones». Mientras, la estatua continúa deteriorándose desmembrada en el parque La Esperanza de Cataño, frente a la playa y muy cerca de la destilería de ron Bacardí, y cada cierto tiempo surgen voces de denuncia que no encuentran demasiado eco. El presidente de la Asociación Puertorriqueña de la UNESCO, Antonio Molina, calificó el año pasado como un caso de corrupción el hecho de que no se acabe de encontrar la solución para la estatua y apostó porque el monumento se levante en cualquier punto de Puerto Rico. En 1999, nueve familias denunciaron que iban a ser expropiadas para que se pudiera levantar la estatua mientras que el entonces vicepresidente del Senado, Aníbal Marrero, defendió que el proyecto costaría 40 millones de dólares, pero que recibiría medio millón de visitantes para recaudar 20 millones de dólares el primer año. El mismo año, una auditoría de la Oficina del Contralor descubrió «serias violaciones de ley y de reglamento» en las caprichosas gestiones realizadas por el entonces alcalde Rivera Sierra, apodado «El amolao» («afilado»), quien antes de ser alcalde había sido chófer de autobús. Rivera Sierra, hoy retirado de la política después de protagonizar pintorescos escándalos, obtuvo la pensión de la Policía por esquizofrenia y fue diagnosticado bipolar. |