Madre Plaza de Mayo denuncia desaparición testigo caso dictadura

04.10.2006    TRIBUNALES
ARGENTINA-DESAPARECIDOS
Madre Plaza de Mayo denuncia desaparición testigo caso dictadura
Iñaki Estívaliz San Juan, 4 oct (EFE).- A pesar de que Argentina disfruta de una democracia constitucional desde hace 22 años, en el país suramericano todavía los ex militares y policías de la última dictadura atemorizan a los testigos, a los jueces y a los fiscales en los casos de desaparecidos.
Así lo aseguró hoy a Efe Nora Cortiñas, una de las fundadoras del movimiento Madres de la Plaza de Mayo, quien se encuentra en San Juan para participar en el foro «Desaparecidos y encarcelamientos del Cono Sur al Caribe», que se celebrará esta noche en la Universidad de Puerto Rico.
Cortiñas aprovechó para denunciar la que cree que es la última desaparición atribuible a los militares y policías relacionados con el denominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), gobierno formado por una junta militar que impulsó el secuestro y el asesinato de personas por motivos políticos.
Cortiñas perdió a su hijo Carlos Gustavo Cortiñas, estudiante de Ciencias Económicas y militante de la Juventud Peronista que desapareció el 15 de abril de 1977.
«Tengo una preocupación muy grande y un dolor muy grande porque estamos pidiendo la aparición con vida de una persona que fue testigo en la última causa judicial, una de las primeras que se hizo después de la anulación de las leyes de impunidad, punto final y obediencia debida», indicó.
Cortiñas, cubriéndose su melena ceniza con el característico pañuelo blanco de las Madres de Mayo, reivindicó la aparición con vida de Jorge Julio López, quien desapareció después de testificar contra un ex comisario de la policía argentina y no se presentó a las vistas de apelaciones el pasado 18 de septiembre.
«Ha desaparecido el principal testigo de una causa que condenó a un máximo genocida de la época del terrorismo de Estado», insistió.
«Hasta el día de hoy que me vine para acá no sabíamos su paradero. Hay muchas hipótesis de que puede ser la propia policía bonaerense que, estando todavía parte del aparato represivo activo, lo hayan secuestrado y lo tengan cautivo», añadió.
Dijo que primero pensaron que López se había escondido después de testificar sintiéndose «amenazado y atemorizado, pero ya después de tantos días pensamos que no es que es que él se fue a algún lugar para no aparecer más por los tribunales, sino que está secuestrado».
«Los genocidas no quieren ser condenados y entonces están haciendo una provocación a este estado de Derecho que tenemos y están atemorizando a los testigos de las causas, a los jueces y a los fiscales», sostuvo.
Psicóloga social y catedrática de Economía, Cortiñas reclamó la participación en su pedido de los grupos de Derechos Humanos puertorriqueños.
«Queremos que el mundo entero ponga los ojos en la Argentina nuevamente porque este es un momento sumamente delicado y desde acá yo pido la aparición con vida de López y el castigo a los culpables», defendió.
Explicó que durante los últimos 22 años en los que Argentina ha disfrutado de gobiernos
constitucionales, el proceso para encarcelar a los responsables de las miles de desapariciones ha experimentado avances y retrocesos.
«Con cada gobierno tuvimos algunas cosas que se avanzaba y después se volvía otra vez para atrás, se hizo un juicio que fue único en el continente a las tres primeras Juntas. Después de haber sido condenados una cantidad considerable de militares, se dictaron leyes de inmunidad y se salvaron», narró.
Cortiñas lamentó que Carlos Menen (1989-1999) «lo primero que hizo fue indultar a los pocos militares que habían quedado detenidos».
Sin embargo, el actual presidente del país, Néstor Carlos Kirchner (2003), «abrió la posibilidad de que se reanudaran los juicios y fue un avance, que es uno de los logros conseguidos a través de movilizaciones y reclamos permanentes».
Cortiñas regresará a Buenos Aires el próximo 9 de abril, después de participar en una marcha convocada para el próximo domingo en la que se pedirá la liberación de tres presos independentistas puertorriqueños en EEUU.

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