05.04.2006 |
P.RICO-NICARAGUA Ex vicepresidente critica «caudillismo bicéfalo» de Nicaragua Iñaki Estívaliz San Juan, 5 abr (EFE).- Nicaragua necesita consolidar su democracia para sacar adelante las instituciones «corrompidas por el caudillismo bicéfalo de (Arnoldo) Alemán y (Daniel) Ortega», dijo hoy el ex vicepresidente del Gobierno nicaragüense Sergio Ramírez. «Lo que necesitaríamos es una limpieza y un fortalecimiento de las instituciones», manifestó el también escritor en una entrevista con EFE. Ramírez, quien ganó el premio Alfaguara de Novela 1998 por «Margarita, está linda la mar», promociona en San Juan su |
último libro, «Señor de los tristes. Sobre escritores y escritura», publicado por La Editorial de la Universidad de Puerto Rico. El ex presidente declaró que no siente la tentación de regresar a la política: «quedó totalmente en el pasado, no tengo nostalgia de la política, tengo nostalgia de la revolución, pero de la política ninguna, no cambiaría por nada mi vida de escritor». Doctor Honoris Causa de la Universidad Central de Ecuador y de la Universidad Blaise Pascal de Francia, Ramírez se siente «un escritor que alguna vez fue político… Yo entré en la política por la puerta de una revolución, si esa puerta no hubiera existido, no hubiera tenido ningún atractivo para mí la política». «Una revolución es una situación extraordinaria, es un llamado a filas, para mucha gente, entre ellos los intelectuales, los escritores…», sostuvo Ramírez, quien con 18 años publicó su primer libro, «Cuentos», en 1960. En «Señor de los tristes» (2006), Ramírez aborda en una serie de ensayos las figuras de Miguel de Cervantes, Rubén Darío, Pablo Neruda y Gabriel García Márquez, entre otros. Según Ramírez, es una obra que «es la consecuencia de mi visión de la escritura, y de lo que yo pienso y siento de otros escritores… pero este libro no se explicaría si yo no fuera un escritor de ficción». El libro también describe como el 20 de julio de 1979, un día después del triunfo de la revolución sandinista, llegó a la plaza de la revolución de Managua subido a un coche de bomberos. «Fue un día inolvidable en muchos sentidos», explicó a EFE Ramírez, al indicar que en aquel momento una «sensación de irrealidad» lo cubría todo, «como que las cosas no están ocurriendo o están ocurriendo en otra dimensión» en una «abrumadora realidad ocurriendo sin que uno acierte a saber qué es verdadero». Explicó que por unos meses temió por su vida cuando entró en Nicaragua en julio de 1978 con el grupo Los Doce, para respaldar al Frente Sandinista de Liberación Nacional y «desafiando la orden de prisión de (Anastasio) Somoza y el juicio que nos había entablado por terrorismo y asociación para delinquir». «Luego, en agosto, vino la toma del Palacio Nacional y ya nos tuvimos que esconder, de manera que yo pasé escondido bajo la persecución de la Policía de Somoza hasta el mes de octubre, cuando volvimos a salir de la clandestinidad para el proceso de paz que estaba mediando la OEA y nos fuimos a exiliar a la embajada de México a finales de noviembre», explicó. Ramírez promovió desde la Asamblea Nacional en 1987 la reforma constitucional aprobada finalmente en 1995, año en el que fundó el Movimiento de Renovación Sandinista, por el que fue candidato presidencial en las elecciones de 1996. «Ahora sigo celebrando mis diez años de retirada de la política», sostuvo Ramírez, quien, por poner algunos ejemplos de su bibliografía, en 1975 publicó «El pensamiento vivo de Sandino» y en 1999 «Adiós muchachos», en la que imprime su memoria personal sobre la revolución sandinista. Ramírez destacó su amistad con los escritores puertorriqueños Edgardo Rodríguez Julia y Mayra Montero como decisiva para haber mantenido una relación especial con la isla. «Me siento muy cerca de Puerto Rico en muchos sentidos», comentó. Dijo sentirse también muy cercano también a Costa Rica, donde acabó de formarse como escritor. «Había un ambiente cultural excelente, con buenas librerías, teatros, bibliotecas, la universidad… fue muy importante en mi formación y mi encuentro con la nueva literatura latinoamericana, de (Juan) Rulfo a García Márquez, (Carlos) Fuentes, (Julio) Cortazar». |