12.12.2008 ECONOMIA | |
CRISIS FINANCIERA Aznar insta a mejorar supervisión pero sin cuestionar fundamentos capitalismo Iñaki Estívaliz San Juan, 12 dic (EFE).- El ex presidente del Gobierno español (1996-2004) José María Aznar defendió hoy ante empresarios en Puerto Rico que para superar la actual crisis |
económica internacional hay que mejorar la supervisión de los sistemas financieros, pero sin cuestionar los fundamentos del libre mercado. En su charla, titulada «Crecimiento económico en tiempos de crisis» e impartida durante un almuerzo organizado por la Asociación de Industriales del país caribeño, Aznar indicó que «de esta crisis económica se puede salir y se saldrá», pero que el tiempo que se tarde en superarla dependerá «de las decisiones que se tomen». El ex presidente español planteó que habrá gobiernos de países «que opten por más protección, más intervención, menos libertad» confundiendo la «mejora de la supervisión» de los sistemas financieros con «el control del Estado de la vida pública». Sin embargo, los países que saldrán más rápidamente de la crisis serán los que «opten por más apertura, más flexibilidad, más iniciativa» corrigiendo «los factores que han causado el problema, pero sin cambiar los elementos fundamentales de ese sistema». En un tono relajado y acorde con el ambiente tropical, Aznar presumió de que una vez que concluyó sus obligaciones como presidente, «ahora» puede dedicarse «a decir: ‘debes hacer esto y si no lo haces, eres muy malo’» y de que, incluso, se permite «sonreír más a las chicas» sin temor a que se forme un alboroto. Aznar defendió que la actual crisis económica «no es tan grave» como lo fue la Gran Depresión de 1929, cuando los depósitos bancarios no estaban garantizados como ahora, y que la palabra clave para superarla es «la confianza». Confianza para que los bancos presten, para que los ciudadanos se fíen de depositar su dinero en los bancos y para que prosperen iniciativas empresariales basadas en la confianza entre los socios. Según Aznar, la crisis es consecuencia de «los excesos monetarios cometidos» que crearon «burbujas» financieras que ahora «han estallado» y que fueron fruto de «malas decisiones de gobiernos centrales y de algunos agentes económicos». «Esta crisis es la resaca de una gran fiesta de excesos. Todo el mundo estaba contento y la economía creció en cinco años lo que no había crecido en treinta», insistió. El «comienzo de la gran fiesta» fue la caída del Muro de Berlín, los cambios que aceleró en los «países satélites» de la antigua Unión Soviética y las reformas acometidas posteriormente en Asia. En poco tiempo, «3.000 millones de personas que vivían en economías intervenidas pasan a ser parte de economías libres», generalizando un sentimiento de jauja que causó unos excesos de los cuales «ahora estamos viviendo la resaca», pero «esto no significa que el sistema (capitalista) sea malo». «Esta no es la muerte de la economía de mercado, eso es las ganas que tienen algunos de matarla», dijo Aznar, quien reconoció que «los gobiernos tienen que intervenir» para mejorar las infraestructuras y garantizar la seguridad y el acceso a la salud y la educación de los ciudadanos. «Pero con disciplina presupuestaria y control del gasto público… con finanzas saneadas, que no se gaste donde no se debe» y teniendo claro que «cuanto más dinero tengan las personas en sus bolsillos mejor», insistió. Aznar lamentó que países de Latinoamérica, que no mencionó, con recursos que bien gestionados podrían ponerlos a la cabeza del desarrollo económico mundial, les estén dando la espalda a la economía de mercado experimentando «realidades inaceptables» por «políticas populistas que ha llevado a la desesperación». El único país al que se refirió por su nombre, Chile, es según Aznar el que se encuentra en mejor situación económica de toda la región porque sólo allí se han implantado «políticas liberales». En definitiva, hay «que expandir el libre comercio» porque «las medidas proteccionistas son un desastre», reiteró Aznar, quien acabando su discurso subrayó que «todo debe estar liberalizado y permitir que las empresas compitan. La función del Estado es garantizar que se cumplan las reglas del juego». |