09.11.2007 | |
P.RICO-ESPAÑA Puerto Rico conmemorará V Centenario con documentos históricos de gran valor Iñaki Estívaliz San Juan, 9 nov (EFE).- Puerto Rico se prepara para conmemorar el año próximo el V Centenario de la llegada a la isla de Ponce de León el 12 de agosto de 1508 mediante un ambicioso programa de publicaciones que incluye rescatar algunas joyas documentales sobre la historia del país caribeño. El acto central de la efeméride será la celebración de un congreso de las academias iberoamericanas de Historia en el que se analizará una fecha que supone «la inserción de Puerto Rico en la historia occidental», según el Historiador Oficial de Puerto Rico, Luis González Vales. En una entrevista con Efe, González Vales dijo que espera que este V Centenario sirva para superar con reflexión «las polémicas estériles» sobre la llegada de Ponce de León a la isla, que marca el verdadero comienzo de su colonización, y por encima de los «tonos positivos, negativos y grises» típicos de todo «choque cultural». El congreso de la Asociación de Academias Iberoamericanas de Historia se celebrará del 20 al 26 de abril de 2008 en San Juan con el lema: «Los procesos de colonización como raíces de las culturas iberoamericanas». El principal esfuerzo de la conmemoración se centra en un programa de publicaciones que rescatará de museos y bibliotecas para especialistas algunas joyas documentales que se harán accesibles al público en general. Entre ellas, la compilación que presentó Alejandro Infiesta en la conmemoración, en 1893, |
del IV Centenario del Descubrimiento de Puerto Rico y que recoge datos estadísticos, curiosidades, poemas, dibujos y música de 400 años y hasta los primeros estudios sobre la mujer boricua y fotografías de la isla. Otra reedición de entre una media docena será el estudio histórico, geográfico y estadístico «Isla de Puerto Rico», que publicó en 1878 el teniente de infantería Manuel Úbeda, quien escribe que cuando Ponce de León desembarcó en el hoy municipio de Aguada fue recibido amigablemente por el cacique Agüeybaná. «Éste recibió a los españoles con la mayor satisfacción, proveyéndoles de víveres y ofreciéndoles sus hijas y hermanas, que era entre ellos el mayor obsequio que se podía hacer», contaba Úbeda. Nuevos estudios y tesis doctorales sobre los cacicazgos indígenas que existían en el 1500, sobre los sistemas judiciales durante la colonia o sobre los comerciantes españoles que «hicieron la transición al régimen de Estados Unidos (1898) y se quedaron sin problemas» serán publicados en 2008. La conmemoración será una recuerdo de «unos procesos históricos que hay que examinarlos dentro de los contextos donde se producen, no podemos juzgarlos con los criterios que tenemos ahora», defiende González Vales, quien señala que «España fue la única potencia que se planteó el problema de la legitimidad de lo que estaba haciendo». «Mucho de lo que hoy sabemos se lo debemos a esos cronistas», como Álvaro Huerga o Bartolomé de las Casas, quien se consagró al sacerdocio en Puerto Rico, explicó el historiador. Gonzáles Vales informó de que el país caribeño conmemorará otros V Centenario, como el que ya prepara para 2012 el Arzobispado de San Juan sobre la llegada del obispo Alonso Manso. En 1512, este religioso fue el primero en ocupar su Diócesis en el Nuevo Mundo, según la escritora boricua Carmen Dolores Hernández, quien asegura que con la llegada de Cristóbal Colón en 1493 a la isla, los españoles «vinieron, vieron y, sin vencer aún, se fueron». Hernández reivindica que con Ponce de León se produjo el «verdadero encuentro» y que por encima de «cualquier juicio histórico o moral al respecto, lo cierto es que la colonización de nuestra tierra es parte imborrable de nuestra historia» que debería conmemorarse, «si no con fanfarria, sí con estudios». Porque no hay otro lugar en el mundo como Puerto Rico, que habla español a pesar de ser una jurisdicción de EE.UU. desde hace más de un siglo, donde tengan tanto sentido unas palabras de Pablo Neruda sobre aquellos «conquistadores torvos». El poeta chileno escribió que, a aquellos españoles, mientras expoliaban las riquezas americanas «se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí, resplandecientes». |