El espejismo islandés, la revolución traicionada

Por Iñaki Estívaliz | 16/12/2015 | Europa

Lejos del Círculo Polar Ártico, la forma en la que Islandia afrontó la devastadora crisis económica en la que cayó en 2008, encarcelando a banqueros, derrocando al gobierno y procesando al primer ministro, y al negarse supuestamente a pagar parte de su deuda o rescatar a sus bancos, se vio, sobre todo por los movimientos […]

Lejos del Círculo Polar Ártico, la forma en la que Islandia afrontó la devastadora crisis económica en la que cayó en 2008, encarcelando a banqueros, derrocando al gobierno y procesando al primer ministro, y al negarse supuestamente a pagar parte de su deuda o rescatar a sus bancos, se vio, sobre todo por los movimientos sociales europeos de izquierda, como un modelo a seguir, un ejemplo de democracia real y participativa, la manifestación de un paraíso popular.

De cerca, Islandia parece otro planeta con su geografía de paisajes volcánicos y boreales, salpicada de géiseres y glaciares, con sus piscinas públicas de aguas termales al aire libre bajo la nieve, sus parlamentarios sin vehículo oficial ni chófer viviendo en pequeños apartamentos donde ellos mismos se tienen que hacer la colada, y con su anterior primera ministra, Jóhanna Sigurðardóttir (2009-2013), abiertamente lesbiana.

Pero no es oro todo lo que reluce, la realidad es compleja y la historia no es la misma según quien la cuente.

La islandesa Selma Björt Stefánsdóttir tiene «casi 18 años», trabaja en un hotel limpiando habitaciones y cuando le planteo esta visión romántica de la «revolución de las cazuelas» se arranca de las orejas perforadas los auriculares del teléfono inteligente y me dice: «para contestarte déjame encenderme otro cigarrillo». Se lo prende y comienza a hablar con una sonrisa triste.

«Cuando sucedió aquello yo era muy joven y no entendía bien lo que estaba pasando. Veía a mi familia comprando un montón de cosas y gastando un montón de dinero, pero de repente no había dinero para nadie. Mi familia perdió su casa», recuerda Selma.

«Cuando yo tenía once años tuve que empezar a trabajar en un hotel. Ahora todo es muy caro. Casi no puedo pagar el alquiler de mi apartamento. Es muy duro. A veces una se pone furiosa de cómo lo jodieron todo, de cómo ahora siendo tan joven todo está frente de ti y no puedes comprar nada. Tienes que trabajar, trabajar, trabajar y nada más que trabajar y todo es carísimo, incluso la comida», lamenta la joven islandesa, casi independizada de sus padres a tan temprana edad como es normal en estas frías latitudes.

El gobierno de coalición entre el Partido Socialdemócrata y el Verde-Izquierda, que le dio la espalda a los ciudadanos que obligaron a dimitir al gobierno neoliberal y aceptó las draconianas condiciones impuestas por organismos extranjeros, «iba a hacer cosas buenas pero lo fue haciendo peor y cada vez peor. Nuestro sistema de salud era uno de los mejores del mundo y ahora está totalmente jodido. A principios de este año caí muy enferma, tuve que ir al médico y me costó mucho encontrar uno porque la mayoría de ellos se ha ido porque no hay dinero. El sistema está en la ruina, está muerto, y los impuestos son tan altos que casi todo lo que gano se me va en pagar al gobierno», se queja Selma.

Varios académicos de Reikiavik consultados para este reportaje aseguran que Islandia no es la panacea política y social que a su presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, le gusta vender en el exterior presumiendo de que su país salió de la crisis sin recortes ni medidas de austeridad y desoyendo los consejos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea, mientras anima a otras naciones de Europa azotadas por la crisis económica a seguir el modelo islandés con la siguiente fórmula: hay que poner «los intereses económicos en una mano y la democracia en la otra».

La profesora de Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad pública islandesa en Reikiavik, Alyson Bailes, académica británica que ha trabajado en Islandia los últimos nueve años, asegura que la presunción de que los islandeses manejaron la crisis mejor que otros países es lo que «a su presidente y otros políticos les gusta difundir, pero no es un hecho verdadero, como bien han demostrado investigaciones internas y análisis académicos».

«Creo que en muchos aspectos la crisis se manejó mal», sostiene Bailes, quien menciona un «riguroso» documento realizado sobre el colapso financiero islandés, el «Black Report (Informe Negro)», que señala numerosos errores cometidos tanto por el sector privado como por el gobierno y las «a menudo deshonestas» relaciones entre ambos.

En 2008, la economía islandesa colapsó debido a las malas prácticas financieras de sus bancos y las tres principales instituciones bancarias del país, con despachos en Gran Bretaña y Holanda, aunque no fueron rescatadas como en otros países, fueron nacionalizadas. Los islandeses se echaron a la calle a finales de aquel año haciendo sonar cazuelas para protestar por la decisión del gobierno liderado por el primer ministro Geir Haarde y temiendo que los desmanes de sus banqueros los acabasen pagando las familias.

Las protestas callejeras frente al Parlamento se intensificaron hasta que el 26 de enero de 2009 el Gobierno dimitió, principalmente, según informes académicos, porque no estaba preparado para lidiar con problemas serios de seguridad: la policía islandesa no contaba con una fuerza de choque contundente y experta; los agentes apenas si sabían cómo usar los dispositivos de gas pimienta que estrenaron aquellos días de cazeroladas y petardazos.

En abril de aquel año, llegó al poder una coalición de la Alianza Socialdemócrata y el Movimiento de Izquierda-Verdes, con el liderazgo de Sigurðardóttir, prometiendo profundas reformas, la redacción de una nueva Constitución participativa popular y la adopción del euro como moneda.

Pero la coalición de centro izquierda, a parte del espectáculo de enjuiciar a Haarde y de meter temporalmente en prisión a algunos banqueros, ni llegó a aprobar la Constitución que promulgaba una democracia participativa, de hecho la saboteó, ni llevó a Islandia a la zona euro, y finálmene pasó por el aro del FMI, al que aceptó, en contradicción directa al mandato de sus votantes, la creación de una tasa especial para que cada familia islandesa pagase unos 48.000 euros en quince años para sanear la deuda privada contraída en Gran Bretaña y Holanda por los bancos ya nacionalizados. Se le reconoce entre las pocas cosas que habría hecho bien el haber diferenciado la deuda privada y extranjera de la pública.

Aunque la prensa internacional celebró el carácter abierto y democrático de los islandeses al haber elegido como primera ministra a una mujer que vivía con su pareja del mismo sexo, expertos islandeses coinciden en señalar que la sociedad islandesa no es más igualitaria o sensible a los derechos de la comunidad LGBT que otras de su entorno nórdico.

Los islandeses volvieron a las calles en enero de 2010 negándose a aceptar las condiciones del FMI para afrontar la deuda. El presidente, con escasos poderes prácticos pero con la potestad para convocar elecciones, se negó a rubricar el acuerdo y convocó en marzo un primer referéndum que abortó el pacto entre el gobierno de izquierdas y los intereses extranjeros. Un segundo acuerdo con el FMI volvió a ser rechazado en otro referéndum en abril de ese mismo año.

Paradójicamente, el principal impulsor del rechazo a estos acuerdos entre los organismos económicos internacionales y la coalición de centro izquierda fue Sigmundur David Gunnlaugsson, líder del conservador y liberal Partido Progresista desde 2009.

En enero de 2013, una sentencia del tribunal internacional EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio, en inglés) dio la razón a los islandeses que se negaron a pagar la deuda en las condiciones que se les imponía y que ese año le dieron la espalda a la izquierda, que supuestamente los iba a salvar pero que cedió a las presiones internacionales, y en abril saltaron a los brazos de la centro derecha tradicional del Partido Progresista de Gunnlaugsson y el Partido de la Independencia.

Estos dos partidos se habían turnado en el gobierno entre 1995 y 2007 y eran acusados por los movimientos sociales y por los ciudadanos en las protestas de haber sido los causantes de la crisis por no haber controlado los desmanes financieros de los bancos. Desde mayo de 2013, el neoliberal Gunnlaugson es el primer ministro de Islandia y lo primero que hizo al llegar al poder fue bajar los impuestos, pero sobre todo al sector pesquero, controlado por las familias más ricas del país.

Tras el anterior resumen concentrado de acontecimientos, que se vea a Islandia como un modelo ejemplar es, para el profesor de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Islandia, Örn D. Jónsson, un claro caso en el que los demás países «ven que las manzanas siempre parecen más maduras en el huerto del vecino».

Según Jónsson, el caso de Islandia ha tenido una gran repercusión mediática en el exterior a pesar del escaso peso de su población comparado con el de otras naciones (Islandia cuenta con poco más de 320.000 habitantes), no por lo bien que lo hizo, sino porque «fue la primera en caer».

Jónsson expone que en la década de 1980 Islandia se encontraba en una situación ventajosa habiendo creado un sistema bienestar saludable basado en el sector pesquero, pero que posteriormente el colapso financiero del país fue, ante todo, «resultado de las políticas económicas neoliberales y la inversión sin escrúpulos respaldada por los bancos y los fondos extranjeros. A los bancos islandeses se les permitía ir a la quiebra, por lo que algunas personas se hacían millonarias y otros tenían que pagar. Un universo económico simple y transparente se había transformado en uno mucho más complejo e inescrutable».

El profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Islandia Ragnar Arnason asegura que «los islandeses hicieron algunas cosas razonablemente bien y otras cosas mal».

Arnason destaca que el gobierno islandés de entre 2009 y 2013, ese que salió de las protestas, «estuvo con frecuencia en desacuerdo con la población de Islandia como lo ejemplifican los dos plebiscitos».

«En pocas palabras, el gobierno estaba mucho más dispuesto a hacer lo que los gobiernos extranjeros querían que lo que quería la población general de Islandia y, curiosamente, que el presidente, que es ante todo una figura decorativa, pero con la capacidad de convocar elecciones», subraya el profesor Arnason, que señala que durante el gobierno de centroizquierda se «profundizó significativamente y prolongó sustancialmente» la depresión económica con el aumento de impuestos y con «el mantenimiento de unos controles financieros mucho más allá de la crisis inicial», que dieron como resultado una «falsificación del valor de la moneda islandesa».

También lamenta Arnason que «la disposición del gobierno a ceder a las demandas» de Gran Bretaña y Holanda, «aunque fue detenida por la población islandesa», tuvo un gran costo en atención que podría haber sido mejor dirigida a otros temas y causó que «divisiones políticas innecesarias».

Además, el juicio al primer ministro «estaba obviamente políticamente motivado y finalmente quedó en nada», y el peliculero encarcelamiento de los banqueros fue, más que un ejemplo de una manera modélica de afrontar la crisis económica, simplemente «consecuencia de que esos banqueros quebrantaron la ley».

La profesora Bailes reconoce que la alianza de centro izquierda que gobernó entre 2009 y 2013 realizó «un buen trabajo técnico con la ayuda del FMI en áreas como PIB, comercio y empleo, lo que es positivo», pero que, sin embargo, «esto se consiguió solo con estrictos controles de cambio de divisas contrarios a la práctica moderna internacional y están demostrando ser muy difíciles de superar».

«Nada se ha hecho sobre la intrínseca debilidad de la moneda islandesa, porque la única alternativa real es el euro, pero las voces anti Unión Europea siguen siendo mayoritarias aquí, y el actual gobierno de centro derecha electo en mayo de 2013 se ha negado a dejar que la gente vote libremente en un referéndum sobre la conveniencia de continuar las negociaciones de adhesión con la UE o no. El proceso de adhesión se ha congelado simplemente por acción ejecutiva de una forma que muchos ciudadanos consideran no democrática», insiste Bailes.

Para esta profesora británica en Reykiavik, la «dramática victoria» del Partido Social Demócrata y el Partido Izquierda-Verde en 2009 representó una oportunidad para atender las demandas del pueblo islandés, sin embargo, estos gobernantes «perdieron la ocasión y derrocharon su tiempo en medidas excesivamente provocativas y divisorias, mientras fallaban precísamente en esas cosas que la coalición de izquierdas debería haber hecho bien como aliviar el malestar social causado por la crisis».

«El gobierno de la coalición de izquierdas concluyó sin haber realizado decisivos progresos sobre la constitución y los votantes acabaron extremadamente desencantados», lamenta, que señala que esta es la explicación para que en las elecciones de 2013 ganaran «exactamente aquellos que gobernaron Islandia durante el período previo a la crisis y cuyas políticas de desregulación, amiguismo con las grandes empresas, y la falta de supervisión, llevó a la burbuja bancaria».

Actualmente, «durante este gobierno, los bancos han vuelto a empezar a hacer bastante lo que les da la gana, los grandes propietarios de la agricultura y la pesca y los grandes intereses vuelven a tener una excesiva influencia sobre la política, el gasto social ha sido recortado y se han introducido medidas fiscales regresivas».

Bailes indica que recientemente, ya en 2015, se han producido «interesantes nuevas tendencias», como el hecho de que un tercio de los islandeses, según encuestas, apoya actualmente al pequeño Partido Pirata, con tres escaños en el Parlamento y que surgió para luchar por las libertades en internet, «y libertades públicas en general», pero que han desarrollado «sobre la marcha» un programa más abarcador.

El ascenso de nuevos pequeños partidos como Los Piratas supone una potencial pérdida significativa de votantes para los tradicionales, advierte Bailes.

En definitiva, según la académica británica, «la vieja rivalidad derecha-izquierda» ha continuado en Islandia de una «forma destructiva» que impide «una imparcial asignación de culpas y castigos» a unos u otros.

Otro profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Islandia, Thorolfur Matthiasson, es menos crítico con el gobierno de izquierdas que lideró Sigurðardóttir, y asegura que Islandia hizo las cosas mal sobre todo antes de la crisis.

Después del colapso de la economía en 2008, «Islandia puso en marcha el programa más completo de alivio de la deuda para las familias y las empresas que en cualquier otro lugar» y emprendió «un proceso constitutivo ejemplar que el actual gobierno no está respaldando».

Matthiasson defiende que «el juicio contra el Primer Ministro y el encarcelamiento de los banqueros fue parte de un programa de reconstrucción de la confianza entre el público con respecto al sistema social y legal en el país». Sin embargo, reconoce, el juicio al primer ministro «se convirtió en un teatro político que no fue bueno para la reputación de nadie».

Pero no a todos los islandeses les fue mal durante la crisis. «A nosotros, de hecho, nos fue muy bien», dice el dueño de un humilde restaurante del sur islandés que prefiere que su nombre no aparezca en este reportaje. «Con la devaluación de la moneda, el turismo creció enormemente y comenzaron a venir cada vez más extranjeros», celebra el pequeño empresario.

La economía islandesa se basa actualmente en el turismo, la pesca y el aluminio, cuyos precios en alza a principios de la crisis ayudaron a que la situación no fuera todavía peor de lo que fue, explica Bailes.

En Islandia, lo único que parece barato es la energía, que los islandeses aprendieron a encauzar desde sus numerosos volcanes. Por ello, uno de los países donde resulta más económico procesar el aluminio es este. Hasta China procesa aluminio en Islandia. Ahora, la economía islandesa depende sobre todo del precio del aluminio. Pero «a hora, hay preocupaciones serias sobre los precios del aluminio», señala Bailes.

Selma apaga su cigarrillo y concluye orgullosa y decidida: «sé que es a mi generación a la que le corresponde cambiar todo aquello que se hizo tan mal y lo vamos a hacer».

Tres presidentes: La intrahistoria de una foto histórica


Por Iñaki Estívaliz


Rozaban las tres de una clara y soleada tarde en Nueva York cuando el 6 de diciembre de 1988 el presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, aterrizó en el aeropuerto John F. Kennedy decido a cambiar el mundo.

Al bajarse del avión, vestido con abrigo y sombrero grises, dijo a la prensa que la URSS planificaba ampliar su cooperación con todos los pueblos del mundo en esa visita en la que hablaría ante las Naciones Unidas y se reuniría con el presidente de EEUU saliente, Ronald Reagan, y el entrante, el incumbente vicepresidente George Bush, padre.

Poco menos de una año después, el 9 de noviembre de 1989, cayó el Muro de Berlín como consecuencia de las gestiones de Gorbachov con Reagan y Bush.

Con la esperada visita del dirigente de todas las Rusias a las Naciones Unidas, el día anterior había subido con fuerza la bolsa de Nueva York y las tres principales cadenas de televisión nacionales interrumpieron sus programaciones regulares para dar seguimiento especial a la visita.

Jose Antonio Rosario miraba la tele fascinado en su pequeño apartamento de proyecto entre East Tremont Avenue y White Plains Road en el Bronx.

Raisa Gorbachov, con abrigo de astracán marrón, lideraba el séquito de su marido, que incluía al ministro de Asuntos Exteriores, Edvard Shevarnadze, y al miembro del Politburó y su mano derecha, Alexander Yakovlev.

La comitiva de 45 limusinas colapsó el tráfico de la ciudad en la hora punta de la salida del trabajo mientras seis mil seiscientos policías fueron destinados a la seguridad del mandatario en la visita de tres días.

Jose Antonio era entonces un fotógrafo independiente especializado en fotografiar artistas, especialmente salseros.

También dedicaba gran parte de su tiempo en escuchar en su escáner la frecuencia de radio de la Policía para llegar el primero a lugares donde acabara de suceder un accidente, un asesinato o se estuviera produciendo algún altercado.

Pero aquel día no había ido a trabajar e hipnotizado por la visita de los rusos era incapaz de separar su mirada del televisor.

Su primo Ernesto, que había salido del trabajo en la Telefónica, llegó al apartamento de Jose Antonio con una caja de Heineken maldiciendo por el tráfico infernal causado por la comitiva rusa, que se alojó en el edificio de la misión soviética ante la ONU en la calle 67 en Manhattan.

Los dos primos pasaron la tarde bebiendo cerveza, fumando marihuana y viendo la televisión, hasta que Jose Antonio, iluminado, le dijo a Ernesto: a mí me gusta Gorbi, me gustaría tener una foto de él.

Ernesto se rio y dudó de que pudiera conseguirlo. Te apuesto otra caja de Heineken y un saquito de pasto a que mañana consigo su foto de una manera u otra, a la distancia que sea. Y entonces acordaron la apuesta.

Ernesto se fue a su casa pensando que su primo era un fanfarrón bajo los efectos del cannabis, pero al día siguiente Jose Antonio se levantó temprano, desayunó fuerte porque no tenía un centavo para gastar en la calle, se puso su chaleco de fotógrafo y una de sus muchas gorras de béisbol y agarró su cámara y su credencial de periodista.

Caminó de East Tremont a Westchester Ave hasta la estación del tren número 6 disfrutando esperanzado de una mañana apacible y despejada. Tomó el tren hacia el sur de la ciudad hasta el puente de Brooklyn y de allí cogió el número 4 hasta Bowling Green, la última parada en Manhattan antes del río. Sabía que por allí tendrían que pasar los mandatarios de camino a Governors Island, pero no pensaba que acabaría montado en un transbordador con otros periodistas para cruzar el río.



Gorbachov declaró en la ONU que las sociedades contemporáneas necesitaban «un nuevo impulso» para afrontar los problemas internacionales.

Luego, el dirigente del Kremlin se desplazaría a Governors Island para celebrar el quinto y último encuentro con Reagan como presidente en el que participaría también Bush para garantizar la continuación de las conversaciones que concluyeron con la desmembración de la Unión Soviética. La reunión almuerzo duraría dos horas.

Jose Antonio no tenía ningún plan, salvo el de estar lo más cerca posible de Gorbachov para hacerle la foto.

Gorbachov ante la ONU aquel día portando en la solapa del traje un pin soviético, todavía. Foto de archivo.


A la salida del tren en Bowling Green se encontró con un policía de la ciudad ante el que se identificó como fotoperiodista. El agente le dijo que toda la prensa debía dirigirse al embarcadero de Governors Island. En el embarcadero, un policía militar daba instrucciones a gritos para que los periodistas acreditados hicieran fila pegados a una pared.

José Antonio se mezcló entre sus compañeros de profesión y se coló en el transbordador.

Aunque el fotógrafo freelance tenía una credencial de prensa genérica para periodistas independientes, no había sido acreditado por ningún medio para el evento, por lo que atravesó el río con una mezcla de ilusa esperanza y miedo pavoroso al Servicio Secreto, encargado de la seguridad cuando hay jefes de estado de por medio.

Mientras los periodistas atravesaban Buttermilk Channel la silueta de la Estatua de la Libertad se difuminaba en la distancia por una bruma gris que comenzó a apoderarse de la Bahía de Nueva York entristeciendo el final de la mañana como preámbulo a una tarde desagradable.

La Estatua de la Libertad mirando a José Antonio Rosario. Archivo.


Temiendo acabar siendo retenido por el Servicio Secreto y que se le impidiera cumplir su objetivo de capturar con su cámara a Gorbachov, José Antonio vio pasar su vida ante sus ojos.

Una vida, que como la de tantos puertorriqueños y su diáspora, es un continuo viaje de idas y vueltas que se sabe dónde empieza pero nunca dónde acabará.

De traspiés en traspiés en Nueva York y en Ponce, consiguió graduarse de cuarto año como técnico de radio y televisión, pero comenzó a trabajar en una tienda de útiles para el hogar, luego en una factoría de cuero y después arreglando maquinillas de escribir.

Encontró su vocación al empezar a trabajar en un taller de reparación de cámaras fotográficas en Nueva York donde aprendió fotografía.

Consiguió conectarse con el ambiente musical de la ciudad, especialmente con las bandas y cantantes de salsa y se ganaba la vida fotografiando a artistas como Celia Cruz, Cheo Feliciano, Héctor Lavoe y toda la clique de la Fania All Star.

La revista Canales Magazine lo contrató como fotógrafo oficial porque hacía fotos extraordinarias pero además por sus contactos para pasearse por el Madison Square Garden como Pedro por su casa.

Un día le pusieron problemas para fotografiar a Michael Jackson y le dijeron que tenía que ir a la Policía a conseguir una acreditación de prensa específica. En la comisaría conoció al detective a cargo de dichas credenciales, que era un boricua de apellido irlandés, Fred Elwick, que se enamoró de sus fotos de Ruben Blades, Willy Colón y otros salseros.

Jose Antonio empezó a llamarlo por las mañanas para que le contara lo que había pasado durante la noche, por si quedaba algo valioso que fotografiar y a quién le podría interesar comprar la foto, ya que el oficial tenía contactos con los medios.

Luego se compró un escáner de la radio de la Policía, se aprendió los códigos policiales, del departamento de bomberos, de las ambulancias, y comenzó a relacionarse directamente con los periódicos.

En las temporadas flojas, se ayudaba guiando un taxi no oficial de esos que en Nueva York llaman gypsy cab.


Jose Antonio se espabiló con el bramido del barco llegando antes de atracar en Governors Island y el corazón le empezó a latir con fuerza. Por momentos, se arrepintió de no ser un mero fanfarrón y haber emprendido aquella aventura que en algún instante le pareció ridícula, pero que se empeñó en no abandonar habiendo llegado tan lejos.

Una vez al otro lado del río, una guagua recogió a los periodistas y los llevó a un centro de prensa donde debían recoger las acreditaciones específicas del evento.



La bonita mañana se había convertido en una desapacible tarde gris y un sudor frío le bajaba por la frente a Jose Antonio, que se sentía como gallina sin cabeza y el único de la clase que no traía la tarea hecha de casa. Algunos colegas le aconsejaron que hablara con el oficial de Prensa de la Casa Blanca, Gary Foster, y el boricua se puso a preguntar por él hasta que lo encontró y le cayó encima.

Buenos días, señor Foster, dijo disimulando el tembleque por los nervios, mi nombre es Jose Antonio Rosario y soy el fotógrafo del periódico hispano de Nueva York El Diario La Prensa, me dijeron que viniera hasta aquí y que cuando llegara preguntara por mi credencial, mintió, y aquí estoy, planteó con una tranquila seguridad que no sabe de dónde le salió.

Mr Foster, muy amablemente, le soltó el discurso sobre los procedimientos de seguridad en eventos de esta magnitud, la necesidad de pasar antes por una revisión de antecedentes, toma de huellas dactilares, carta del medio al que representas, y que como no tenía nada de eso no lo podía ayudar.

Hay tres tipos de periodistas: los que no sirven para nada, que lamentablemente abundan; los que lo hacen todo bien y por el libro, que celebramos; y los que lo hacemos todo a trancas y barrancas, por impulso, improvisando con pasión y por compasión, a menudo con coraje y de lágrima fácil, empatizando siempre más con la gente que con jefes, empresarios y autoridades.

Los que somos de esa tercera clase de periodistas sabemos lo que es sentirse un soberano gilipollas por tirarnos a coberturas sin paracaídas, y así se sentía Jose Antonio en aquel momento.

Pero esta desagradecida profesión, a poco que uno insista y confíe en sus instintos, también ofrece satisfacciones extraordinarias, y más pronto que tarde aquel histórico día de diciembre de 1988, Jose Antonio conseguiría varias recompensas magníficas por vivirla a lo loco y poseer un ingenio y una cara dura de antologías.

Le ruego por favor que no castigue a este humilde fotoperiodista por la negligencia de un compañero que debería haber hecho gestiones que no hizo. Estoy haciendo mi trabajo y si no consigo esa foto me van a echar del periódico, que es el principal medio de comunicación en español de la Costa Este y mi único sustento, inventó en un perfecto inglés.

El fotógrafo nuyorrican se atrevió a suplantar a un fotógrafo fijo de El Diario porque sabía que a esa hora no había nadie atendiendo los teléfonos de contacto del periódico y con la esperanza de que si alguien atendía en la sala de redacción fuera un colega que lo conociera como colaborador y confirmara que efectivamente Jose Antonio Rosario trabajaba para ese medio, aunque fuera ocasionalmente en aquella época.

El señor Foster, ya menos amable, expresó zanjando el asunto que un no es un no, se subió a una tarima a dar instrucciones sobre el protocolo a seguir durante las próximas horas con los presidentes e instó a los acreditados a que lo siguieran.

Varios periodistas solidarios, entre ellos un fotógrafo del New York Times y otro del Washington Post, que habían presenciado la escena anterior, hicieron gestos a Jose Antonio para que se acercara, lo rodearon, y siguieron al señor Foster ocultando con sus propios cuerpos a Jose Antonio, que volvió a dejarse llevar, tan cagado del susto, reconoció, como decidido a tomar su foto.

Llegaron a un campo de pelota donde revisaron a los periodistas con perros policías husmeando entre las piernas y detectores de metales antes de dar paso a una oportunidad para fotografiar a los tres presidentes juntos.

A Jose Antonio se le iba a salir el corazón del pecho mientras sus compañeros iban pasando uno a uno por el último control de seguridad, donde el señor Foster firmaba detenidamente cada una de las acreditaciones rodeado de los intimidantes y elegantes agentes del Servicio Secreto.

El boricua se quedó el último de la fila sudando a mares mientras se iba acortando y cuando ya solo tenía a cuatro o cinco periodistas por delante se dirigió al señor Foster, que no había levantado la vista hasta entonces concentrado en revisar y firmar las credenciales.

Cuando el oficial de prensa de la Casa Blanca oyó la voz de Jose Antonio diciendo por favor, por favor, no puedo llegar con las manos vacías, yo me levanté bien temprano para esto, se puso colorado de rabia y le empezó a temblar una vena en el cuello.

El fotoperiodista pensó que el señor Foster estaba a punto de sufrir un infarto.

«Quien te crees que eres? Estás loco. Te voy a arrestar», gritó fuera de sí el oficial de prensa.

Ahí fue que Jose Antonio se rindió. Está bien, disculpe. Solo trato de hacer mi trabajo, no lo molesto más, se despidió Rosario alejándose del lugar.

Gary Foster con Ronald Reagan. Autor desconocido.


Lo volvió a invadir la sensación de fracaso, de ser un pendejo, mientras caminaba hacia ninguna parte. Pero no había dado veinte pasos cuando escuchó la voz del señor Foster llamándolo. José Antonio desandó sus pasos y con sorpresa escuchó al señor Foster decirle que esperara un momento que iba a comprobar si podían encontrar algún lugar desde el que él pudiera tomar la foto cuando los presidentes salieran de la Casa del Almirante, donde Reagan le presentaría formalmente a Gorbachov el relevo presidencial, Bush.

Mr Foster le gruño que ésa sería la única oportunidad para él. Después de la reunión almuerzo de dos horas habría más ocasiones para los fotógrafos acreditados, pero no para Jose Antonio.

De repente, todas las adversidades se convirtieron en una fantástica oportunidad para sacar un extraordinario partido de la situación.



En aquella época todavía las cámaras eran analógicas y había que revelar las fotos y transportarlas físicamente. Todos los periodistas acreditados debían esperar hasta que concluyera el evento para llegar a sus periódicos. Si Jose Antonio conseguía su foto, y como no le iban a dar más opciones, quizás podría dejar la isla y llegar a Manhattan a tratar de venderla horas antes de que llegaran los periodistas oficiales.

Mr Foster sacó una credencial de su gabán, escribió sobre ella Jose Antonio Rosario, Diario La Prensa, y la firmó. Otro agente lo escoltó a un lugar frente a la Casa del Almirante donde podría realizar su única foto.

Es lo único que vas a hacer hoy, insistió el señor Foster.

Jose Antonio llevaba una Nikkormat con lente 50 1.8 milímetros y otro de 200 mm fijo. Y de nuevo la suerte volvió a sonreír al osado. El Servicio Secreto lo había dejado en un spot óptimo para su limitado equipo. Si lo hubieran dejado unos metros más cerca o más lejos, hubiera sido incapaz de sacar una foto decente con el equipo del que disponía.

Capturó una foto perfecta de los tres presidentes con un encuadre oportuno.

Los compañeros periodistas no podían creerse que Jose Antonio le hubiera comido los dulces al Servicio Secreto y a la Casa Blanca para finalmente conseguir la foto, y alguno gritó y otros aplaudieron para celebrarlo.


Una vez José Antonio consiguió su foto regresó de inmediato a la realidad tras el trance profesional. Un rugido en el estómago le recordó que tenía hambre y que no llevaba un centavo encima. Debía regresar cuanto antes a Manhattan para vender la foto y para comer.

El terminal de los ferrys estaba controlado por el Servicio Secreto y uno de los agentes le preguntó qué en qué podían ayudarlo. José Antonio volvió a meterse en su papel de dar pena y les contó que ya había terminado su trabajo allí, que no podía estar en el evento ni en ninguna parte y que necesita regresar a Manhattan.

Le dijeron que lo sentían mucho y le explicaron que todo el transporte estaba congelado por aire, mar y tierra por las próximas 5 horas. José Antonio reclamó alguna opción, pero le contestaron que hiciera lo que le diera la gana por allí y esperara.

El fotógrafo se puso a merodear por los alrededores del puerto y al doblar una esquina se encontró con una carpa de campaña donde unos tipos con ushankas conversaban en ruso. José Antonio se acercó, se identificó como fotoperiodista y les preguntó en inglés si eran del KGB.

Los rusos confirmaron con sonrisas abiertas y cachetes colorados que eran oficiales del Comité para la Seguridad del Estado y que formaban parte de la escolta de Gorbachov.

José Antonio se excusó un momento y regresó a la terminal de ferrys para preguntar al Servicio Secreto si él podía hablar con el KGB, no lo fueran a acusar de traición o alguna otra cosa.

Los estirados agentes del Servicio Secreto, más bien interesados que molestos con la interacción del fotógrafo boricua con sus némesis del KGB, le dijeron que claro, América es un país libre.

Volvió José Antonio a olvidarse del hambre y regresó con los agentes rusos, que se dejaron fotografiar y que le contaron que algunos de ellos ya habían estado varias veces en Nueva York, otros por primera vez, pero que a todos les gustaba mucho la ciudad.

La charla duró poco y José Antonio les agradeció la amabilidad al despedirse. De nuevo esa mañana, alguien volvía a llamarlo por la espalda y le hacía desandar sus pasos.

Uno de los rusos gritó «fotografer» y le pidió con gestos que regresara. El agente metió su mano en uno de los bolsillos de su abrigo y sacó un puñado de broches de Lenin, la hoz y el martillo, la estrella roja… que puso sobre la mano del fotógrafo con otra gran sonrisa.

José Antonio estaba pletórico de contento: había conseguido contra todo pronóstico la foto de los tres presidentes y además se llevaba los souvenirs del KGB. Contó sus pines, eran diez insignias.


Algunas las conservará toda la vida, alguna la regalará y alguna la venderá cuando adquieran más valor histórico, pensaba el fotógrafo ensimismado en su felicidad paseando por los predios del puerto de Governors Island.

Por enésima vez aquella mañana, oyó que lo llamaban a su espalda, pero como no se dirigían a él por su nombre, al principio ignoró el llamado.

No tardó en darse por aludido y cuando se dio la vuelta observó a varios agentes del Servicio Secreto haciéndole señas para que se acercara.

Le preguntaron sobre qué había hablado con los rusos y qué había pasado. A José Antonio le pareció que los agentes gringos tenían una sincera curiosidad personal más que lo estuvieran interrogando como cuestión de Estado.

No tardó en comprobar que su percepción era acertada cuando los serios agentes del Servicio Secreto le pidieron que les consiguiera más pines para ellos, como si fueran niños ávidos de cromos.

Un agente sugirió que el fotógrafo compartiera con ellos las insignias.

Estos pines son míos, se cuadró José Antonio.

Y si conseguimos que salgas de esta isla inmediatamente?, preguntó otro de los agentes.

Está bien, voy a pedirles más. Y el boricua, volviéndose a poner su traje de pena, regresó a la carpa del KGB y les pidió más pines. Le dieron otros diez que José Antonio entregó al Servicio Secreto.

Los agentes del retén se repartieron nueve pines y le dieron otro al capitán del remolcador que a los cinco minutos zarpó de Governors Island hacia Manhattan con un único y feliz pasajero: Jose Antonio Rosario.

El boricua tenía su foto en el carrete y diez broches soviéticos en el bolsillo. No se lo podía creer y le dio por mirarse las tenis, los jeans y levantando la vista se llevó una mano a la visera de su gorra de béisbol y pensó, mirando al río Hudson: este ponceño nacido en el Bronx está cabrón.

Varios periódicos y agencias de noticias, donde reveló el carrete y le hicieron impresiones, le compraron la foto solo para tenerla de recurso en el caso de que sus fotógrafos no llegaran a tiempo del cierre.

Con una impresión de ocho por diez entre las manos de los tres presidentes llamó a Carlos Morales, de El Diario La Prensa, y le espetó: te tengo la foto del día, te la voy a regalar pero me la tienes que poner en portada. El primo Ernesto pagó la caja de Heineken y el saquito de pasto, que bebieron y fumaron juntos.

A consecuencia de aquel «front page» lo acabaron haciendo fotógrafo fijo en El Diario La Prensa, donde trabajó durante 15 años publicando cientos de portadas.

La última portada de José Antonio Rosario en El Diario La Prensa se publicó el 12 de septiembre de 2001 y muestra a una de las torres gemelas explotando inmediatamente después del impacto de un avión, pero esa es otra historia. ie


La portada
José Antonio Rosario en la actualidad

Harvard se mira al espejo por su pasado esclavista

Iñaki Estívaliz

Cambridge (EE.UU.), 8 may (EFE).- Más de 200 años han tenido que pasar desde la abolición de la esclavitud en el estado de Massachusetts (EE.UU.) para que la Universidad de Harvard, una de las instituciones más prestigiosas del país, haya admitido su pasado esclavista: Un mea culpa que ha sido posible gracias a los esfuerzos de los propios estudiantes.

Fruto de ese empeño es el informe que el centro educativo publicó la semana pasada, titulado «Harvard y el legado de la esclavitud», donde se documenta cómo la institución se benefició del comercio de esclavos en los siglos XVII y XVIII.

Fueron los alumnos de la Universidad quienes comenzaron a investigar en 2007 los vínculos de Harvard con la esclavitud y su papel ha sido vital para que la institución haya reconocido el perdurable legado de sus orígenes esclavistas.

LOS ESTUDIANTES, TRAS LAS HUELLAS DEL PASADO ESCLAVISTA

Así lo considera el profesor de Historia Americana Sven Beckert, quien subraya a Efe que en los últimos 15 años el trabajo de los estudiantes ha sido «absolutamente crucial» para lograr el compromiso de la universidad con su pasado.

«Sin el trabajo de estos estudiantes, no creo que hubiéramos llegado a este punto», defiende Beckert.

Según el informe, durante casi 150 años, desde la fundación de Harvard en 1636 hasta que Massachusetts abolió la esclavitud en 1783, los presidentes de la universidad y otros responsables esclavizaron a más de 70 personas, afrodescendientes y nativos americanos.

El documento señala que algunos donantes de Harvard consiguieron sus riquezas con el comercio de esclavos y la propia universidad invirtió en préstamos a plantaciones de azúcar en el Caribe.

Todo esto ya era historia conocida para los estudiantes de Beckert, quien se ha dedicado a estudiar cómo la esclavitud influyó en la economía nacional de EE.UU. y es autor de los libros «Empire of Cotton: A Global History» (El imperio del algodón: Una historia global) y «Slavery’s Capitalism : A New History of American Economic Development».

Beckert pensó en investigar si Harvard tenía un pasado de esclavitud cuando en 2006 la entonces presidenta de la Universidad de Brown, Ruth Simmons, la primera mujer negra en presidir un centro de la «Ivy League» (el circuito de universidades privadas de élite del noreste de EE.UU.), publicó un informe sobre los vínculos de su institución con el esclavismo.

DETECTIVES DE LA HISTORIA

El profesor de Harvard propuso a sus estudiantes celebrar un seminario, que comenzó un soleado día del verano de 2007 con el desafío de resolver un misterio: La historiografía en Harvard había guardado silencio sobre la esclavitud y los alumnos no sabían con qué se iban a encontrar.

Pero «la curiosidad de los estudiantes frente a lo desconocido y su impresionante dominio de las artes de la detección histórica fueron recompensados con un tesoro de hallazgos», alaba Beckert.

Más tarde, en 2011, se publicó el resultado de parte de estas investigaciones en el libro colectivo «Harvard and Slavery: Seeking a Forgotten History», elaborado por el profesor y los alumnos.

Los estudiantes descubrieron que en el pasado hubo esclavos en el campus y que la universidad había recibido grandes donaciones de personas comprometidas con la esclavitud. «Encontraron pruebas de que incluso presidentes de la universidad tenían a personas esclavizadas», detalla Beckert.

En el seminario, los estudiantes también investigaron la pervivencia del racismo en Harvard y, como parte de los esfuerzos por revelar este pasado, crearon un mapa con un recorrido por el campus por lugares relacionados con la esclavitud.

Beckert reconoce que al principio no hubo mucho apoyo de la universidad, aunque a lo largo de los años la institución ha comenzado a respaldar este trabajo.

«Ahora tenemos este informe masivo y el compromiso de la universidad de ocuparse de su legado esclavista», recuerda.

UN DONANTE, RICO POR EL COMERCIO DE ESCLAVOS

Una de sus antiguas estudiantes, la afrodescendiente puertorriqueña Jennifer Dowdell Rosario, graduada en 2012, fue parte del grupo que realizó la investigación en 2011 centrándose en un gran donante de la universidad, Peter Chardon Brooks (1767–1849), quien amasó una extraordinaria fortuna con el comercio de esclavos.

La entonces estudiante boricua se desplazó a Medford (Massachusetts) a la antigua casa de Chardon Brooks, donde pudo documentar un muro de ladrillo que había sido levantado por un esclavo de la familia.

Con la publicación del informe, Harvard anunció que dedicará un fondo de 100 millones para abordar su complicidad con la esclavitud, aunque, para Dowdell Rosario, la cantidad es «bien pequeña comparada con lo que se extrajo de la esclavitud, debería ser anual».

Dowdell Rosario lamenta, en declaraciones a Efe, que Harvard no haya reconocido la labor de sus estudiantes en el informe, a los que ha relegado a algunos pies de página, y asegura que la universidad apenas los ha respaldado.

De hecho, se queja de que fueron ninguneados y que los propios alumnos tuvieron que poner dinero de su propio bolsillo para publicar las investigaciones de 2011.

«Ya son más de 40 estudiantes los que han hecho investigaciones y hasta el día de hoy el presidente de Harvard, Larry Bacow, no reconoce que fueron ellos los que expusieron el asunto», sostiene Dowdell Rosario.

«Fueron los estudiantes los que presionaron, no fue que la institución quisiera hacerlo -remarca-. La información estaba en las bibliotecas, solo había que ir a buscarla».

https://www.swissinfo.ch/spa/eeuu-racismo_harvard-se-mira-al-espejo-por-su-pasado-esclavista/47576512

Independentista amigo de Castro entra y sale de EEUU sin pasaporte

05.05.2007  
P.RICO-CIUDADANÍA
Independentista amigo de Castro entra y sale de EEUU sin pasaporte
Iñaki Estívaliz San Juan, 5 may (EFE).- El miedo al terrorismo internacional ha extremado las medidas de seguridad y los requisitos para entrar en Estados Unidos, pero ello no es un impedimento para que el veterano independentista puertorriqueño Juan Mari Bras entre y salga de EEUU sin pasaporte cada vez que quiere visitar a su amigo Fidel Castro.
Periódicamente Bras visita países como Venezuela, Costa Rica o Cuba y cuando regresa lo hace sin ningún pasaporte, algo totalmente inusual en el sistema de inmigración de EEUU.
Bras lo sabe, pero no tiene nada que perder: «inmigración tiene la orden de devolver a los indocumentados a su país de origen, y en mi caso, ¿a dónde me van a devolver?, pues a
Mayagüez, que es de donde soy», explicó a Efe.
A Mari Bras, de 79 años, que se jacta de haber conocido a Castro en Sierra Maestra en los tiempos previos a la revolución castrista, se le reconoció en la cumbre del Mercosur que se celebró el año pasado en Córdoba (Argentina), como «uno de los principales dirigentes de América Latina».
La Universidad de Puerto Rico, que lo había expulsado en su juventud, le recibió posteriormente con honores.
El abogado puede presumir también de ser el único puertorriqueño que cuenta con un Certificado de Ciudadanía Puertorriqueña, que el Departamento de Estado del país caribeño otorgará a partir del próximo mes a los boricuas que cumplan determinados requisitos.
Según el reglamento aprobado esta semana por el Departamento de Estado, se podrá otorgar el certificado de ciudadanía puertorriqueña a toda persona nacida en Puerto Rico o a quienes nacieron fuera de la isla caribeña pero que al menos uno de sus padres haya nacido en Puerto Rico.
El secretario de Estado, Fernando Bonilla, aseguró a Efe que el certificado garantiza un «sinnúmero de derechos fundamentales», pero que «no es un documento de viaje ni pretende sustituir el pasaporte de EEUU».
También podrá solicitar el certificado todo ciudadano estadounidense que tenga al menos un año de residencia en Puerto Rico, país que desde la firma de su Constitución en 1952 es un Estado Libre Asociado (ELA) a EEUU.
Hasta ahora, la única ciudadanía que podían ostentar los puertorriqueños era la estadounidense, en virtud de la firma de la Ley Jones en 1917.
Colonia española hasta 1898, Puerto Rico tiene limitada su soberanía como ELA en asuntos como defensa y acuñación de moneda, y los puertorriqueños residentes en la isla no pueden votar en las elecciones presidenciales de EEUU.
Para llamar la atención sobre «la última colonia», Mari Brás, fundador del Partido Socialista Puertorriqueño y del semanario independentista Claridad, entre otras organizaciones de izquierda, renunció formalmente en 1994 a la ciudadanía estadounidense en la embajada de EEUU en Caracas.
El Tribunal Supremo puertorriqueño declaró inconstitucional exigir la ciudadanía estadounidense para votar en Puerto Rico, como le había sucedido a Mari Brás después de haber renunciado a su ciudadanía estadounidense.
En octubre del año pasado, después de varias apelaciones a la decisión del Supremo, que se reafirmó, el Departamento de Estado anunció la concesión de un certificado que permitiría votar a Mari Brás.
«Con la entrega de este certificado», indicó Bonilla, se reconoce que «Mari Brás efectivamente ostenta la ciudadanía puertorriqueña, que es separada y distinta a la ciudadanía americana».
Aunque Bonilla defiende las aplicaciones prácticas del documento, algunos expertos, como la abogada especializada en inmigración Julie Cruz Santana, aseguró que «no tiene ningún sentido práctico, sino más bien simbólico, mientras Puerto Rico siga siendo un territorio de EEUU».
El portavoz del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en San Juan, Ivan Ortiz, señala que «el Departamento de Seguridad Nacional solamente reconoce la ciudadanía de EEUU y su tramitación sólo se puede hacer a través del Servicio de Ciudadanía e Inmigración».
Mari Brás fue el primer boricua independentista en hablar ante la ONU, en 1973, y en 1976, siendo candidato a la gobernación, su hijo Santiago fue asesinado y el caso sigue sin resolverse.
Aseguró que el certificado de ciudadanía boricua tiene aplicaciones prácticas limitadas por el hecho «de que lo certifica un gobierno de carácter colonial», aunque «dentro de esta autonomía recortada», supone «un reconocimiento de que Puerto Rico es una nación diferenciada».

Director del Cervantes: el estudio de los idiomas es una prioridad ante la inteligencia artificial

Iñaki Estívaliz

Cambridge (EE.UU.) 27 abr (EFE).- En un mundo cambiante en el que se hacen cada vez más hueco las inteligencias artificiales, es prioritario el estudio del lenguaje, aseguró hoy a Efe el director del Instituto Cervantes, el poeta y catedrático Luis García Montero, en el marco de la celebración del décimo aniversario del Observatorio del Español en Harvard. 

«Cuando está en marcha todo el proceso de transformación digital, las dinámicas de la inteligencia artificial y el llamado lenguaje de las máquinas, el estudio de los idiomas se ha convertido en una prioridad, en una prioridad de repercusiones internacionales, políticas, sociales económicas y culturales», expresó el autor de «El jardín extranjero».

García Montero explicó que por esa razón, contar con un Observatorio en Harvard «da un valor de seguridad y al mismo tiempo de prestigio a todas las preocupaciones que tiene el Instituto Cervantes y en ese sentido estamos muy orgullosos del trabajo que han podido realizar aquí nuestros dos directores en sus diez años de funcionamiento».

El también ensayista y crítico literario reconoció que las nuevas tecnologías han afectado el uso que hace del lenguaje en el ámbito privado, como cuando se comunica por mensajes de texto con sus hijos usando muchas abreviaturas, pero que cuando va a dar clase, ofrece una conferencia o habla con otra gente dice «también y no tb».

«En la vida de los idiomas, esa conciencia del contexto ayuda a mantener lo materno, lo que nos une como identidad una lengua y de mantener la comunidad, lo que hace que nos entendamos 600 millones de personas que hablamos español», subrayó.

El director del Instituto Cervantes destacó el mérito del Observatorio del Español al haber cumplido diez años en Harvard, «un punto de referencia intelectual de mucho prestigio», donde se desarrollan estudios que influyen «en las relaciones internacionales, pero no solo desde el punto de vista cultural, sino también en lo económico, tecnológico y científico».

La directora ejecutiva del Observatorio del Español del Instituto Cervantes en Harvard, Marta Mateo, explicó a Efe que el Observatorio se dedica «a estudiar la presencia y evolución del español en todos los sectores sociales, la presencia de las culturas (hispanoahablantes) en la diversidad que nos caracteriza y en todos los ámbitos: en el sector demográfico, en los medios de comunicación, en la política».

El Observatorio realiza estudios sobre el español para «dar visibilidad, dar prestigio, analizar de manera objetiva la aportacion del español y de las culturas hispánicas a este país (EE.UU.)», y los publica también en inglés porque «el bilinguismo es un principio básico», dijo Mateo.

Como parte de la celebración del décimo aniversario del Observatorio del Español en Harvard del Instituto Cervantes, García Montero dictó en Harvard la conferencia «La poesía en el mundo de hoy», que fue seguida por la charla «A veces, todavía, a través», de la escritora y profesora mexicana Valeria Luiselli.

García Montero entregó la Medalla Cervantes a la directora del Observatorio, Diana Sorensen.

La directora ejecutiva de la institución, Mateo, recordó que desde su creación, el Observatorio ha organizado más de 300 actividades en colaboración con decenas de universidades e instituciones, y ha completado un total de 85 estudios que analizan en profundidad la realidad hispánica en EE.UU.

Según datos del Observatorio, Estados Unidos es el primer país de lengua no española con mayor población hispanohablante con 60 millones de personas que hablan español, 32 millones de ellas teniéndolo como primer idioma.

Desde el Observatorio se estima que en 2060 Estados Unidos será el segundo país hispanohablante del mundo tras México y que el 27,5 % de la población estadounidense será de origen hispano.

Para los lingüistas del Observatorio, el español es, «de modo indiscutible», el idioma más estudiado en todos los niveles educativos en Estados Unidos, con 7 millones de estudiantes.

https://www.abc.com.py/ciencia/2023/04/27/luis-garcia-montero-estudiar-idiomas-es-una-prioridad-ante-la-ia/

Autoridades tratan de reducir la alta tasa de asesinatos en Puerto Rico

23.03.2007  
P.RICO
Autoridades tratan de reducir la alta tasa de asesinatos en Puerto Rico
Iñaki Estívaliz San Juan, 23 mar (EFE).- El gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, y el superintendente de la Policía, Pedro Toledo, acordaron hoy reforzar la presencia policial en las calles para combatir la criminalidad en la isla, donde se produce una media de más de dos asesinatos al día.
Con 3,9 millones de habitantes y 173 asesinatos cometidos en lo que va de año, 47 más que en la misma fecha del 2006, Puerto Rico caribeño es la segunda jurisdicción de EEUU donde se producen más muertes violentas, detrás de Washington DC.
Al salir de la reunión con el gobernador, Toledo anunció que entre las nuevas estrategias está aumentar «los puntos de cotejo» o controles policiales móviles para identificar e intervenir a los delincuentes.
En los puntos de cotejo se prestará especial atención a los vehículos con los cristales ahumados, pues «aunque algunos ciudadanos tienen permiso para utilizarlos», otros los utilizan para realizar actividades criminales.
Las nuevas estrategias para reducir la criminalidad incluyen un plan de incentivos a los
policías, a los que se le darán 50 dólares por arma ilegal incautada.
A los comandantes de área se les abonará 500 dólares por reducir la incidencia del crimen en las áreas de su incumbencia.
El superintendente anunció que esperarán dos semanas para decidir si se activa la Guardia Nacional para prestar apoyo a la policía, como se hizo durante los años 1993 al 1998, pues en los últimos días se «está normalizando (la cifra de asesinatos) después de los primeros meses» del año, cuando los asesinatos se dispararon.
Toledo indicó que se destinarán más policías a custodiar las zonas de discotecas y bares y que se está estudiando la posibilidad de regular la venta de bebidas alcohólicas después de cierta hora, porque entre las 8.00 de la noche y las 4.00 de la madrugada es cuando más asesinatos se producen.
Además, se activará con más frecuencia el cuerpo especial de la policía SWAT y se añadirán 20 patrullas al área de San Juan, donde se perpetran más asesinatos.
Por otra parte, se está estudiando una iniciativa de la compañía de telefonía celular Centenial, que ha ofrecido establecer un teléfono gratuito (800) y recursos para que estudiantes, padres y maestros puedan denunciar la posesión de armas de fuego en las escuelas «y evitar lo que ocurrió en Columbine» (Colorado).
El jefe de la policía puertorriqueña mencionó que según un estudio publicado el 8 de marzo y encargado por los jefes de policía de 58 ciudades de EEUU, en la mayoría de estas poblaciones aumentaron los asesinatos en 2005 y 2006, mientras que en Puerto Rico se redujeron esos años.
Entre las medidas que se han implementado ya para reducir el crimen están las de suministrar transporte en autobús a los niños de los vecindarios más conflictivos, en los cuales se ha instalado un sistema de cámaras de vigilancia.
En 1993 y 1994 se produjeron en Puerto Rico casi 1.000 asesinatos cada año, que fueron bajando hasta 1999, cuando se perpetraron 593.
El nuevo pico de asesinatos se produjo en 2004, con 797, para reducirse en 2005 y 2006, a 766 y 739, respectivamente.
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Derechos Civiles, Palmira Ríos, organizadora de la Cumbre Multisectorial contra la Criminalidad que celebra en San Juan, indicó a Efe que se tienen que mejorar las estadísticas «para tener un mejor entendimiento de la realidad».
Aseguró que si sólo se realizan estrategias «policiales y carcelarias, vamos a continuar con el mismo problema», y sostuvo que «ya existen numerosas iniciativas» de múltiples organizaciones que se han implantado en otros países y han resultado efectivas.
«El problema de la criminalidad es más complejo que los homicidios», indicó Ríos, quien defendió que las estrategias contra el crimen deben tener siempre presente el respeto a los valores civiles y los derechos humanos.
El jueves murió el mecánico José Cabrera, en San Juan, después de discutir con otro hombre que acabó disparándole, y fue encontrado en Mayagüez (oeste) el cuerpo en descomposición de un hombre identificado como Torres Lugo y que presentaba múltiples puñaladas.

Senado P.Rico pide al Congreso de EEUU que se exprese sobre estatus del país

20.03.2007  
P.RICO-ESTATUS
Senado P.Rico pide al Congreso de EEUU que se exprese sobre estatus del país
Iñaki Estívaliz San Juan, 19 mar (EFE).- El Senado de Puerto Rico aprobó hoy solicitar al Congreso de los Estados Unidos que se exprese sobre las inquietudes de los puertorriqueños en torno al actual estatus político del país caribeño como Estado Libre Asociado (ELA) a EEUU.
La Resolución Concurrente requiere al Congreso que «responda a las aspiraciones democráticas de los puertorriqueños con toda rapidez deliberada acogiendo las recomendaciones contenidas en el Informe del Grupo de Trabajo del Presidente de los Estados Unidos sobre el estatus político de Puerto Rico del 22 de diciembre de 2005».
Puerto Rico fue una colonia española hasta que EEUU se la adjudicó tras la guerra Hispanoamericana de 1898 con el Tratado de París y firmó su Constitución como Estado Libre Asociado (ELA) a Estados Unidos en 1952.
El ELA limita la soberanía del país caribeño en asuntos como acuñación de moneda o defensa y los delitos considerados de jurisdicción federal que son juzgados por tribunales de EEUU en la isla.
Recibe fondos federales para educación, salud y desastres, entre otros, y algunas industrias, como las farmacéuticas, se han implantado en el país por excepcionales condiciones fiscales.
Los puertorriqueños tienen ciudadanía estadounidense, pero los que no viven en alguno de los 50 estados de la Unión, no pueden votar en las elecciones presidenciales de EEUU y hoy murió el número 56 de los soldados boricuas que han dejado sus vidas en Irak o Afganistán.
El informe de 2005 al que se refiere la resolución del Senado puertorriqueño deja entender que Puerto Rico es un territorio de EEUU que podría ser cedido o vendido a otro país por decisión del Congreso estadounidense, quien tendría la última palabra sobre cualquier decisión sobre el estatus político de la isla.
La resolución aprobada hoy propone la celebración de una nueva consulta electoral en la que los boricuas «decidan si permanecer como un territorio de los Estados Unidos» o «emprender un rumbo constitucionalmente viable hacia un estatus permanente que no sea territorial ni colonial», según el comunicado del Senado.
La medida reclama que «ya es tiempo que los puertorriqueños podamos disfrutar de ese derecho tan fundamental de todo ser humano y, particularmente, de todo ciudadano de los Estados Unidos de América, el derecho a la autodeterminación y de gobierno propio pleno».
El anexionista presidente del Senado, Kenneth McClintock, sostuvo que no en el texto legislativo no ve «ni una sola frase… no veo una oración que no esté sustentada por hechos que no sean la realidad que vive Puerto Rico».
En la Asamblea Legislativa del Congreso de EEUU se celebrarán audiencias los próximos días sobre el estatus político de Puerto Rico, con una población de 3,9 millones de habitantes y otros cuatro millones de emigrantes y sus descendientes viviendo en ciudades como Nueva York, Chicago y Orlando.
En las vistas participarán el presidente del Partido Independentista Puertorriqueño, Rubén Berríos, el gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, del estadolibrista Partido Popular Democrático (PPD), y el presidente del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), el senador y ex gobernador Pedro Rosselló.
También ofrecerán su opinión, entre otros, en el Congreso de EEUU, además de McClintock, el presidente de la Cámara de Representantes, José Aponte, quien se recupera hospitalizado de un accidente de motocicleta el pasado fin de semana que según las últimas informaciones no ha tenido consecuencias graves.
La senadora independentista María de Lourdes Santiago criticó la postura del PPD, cuyo fundador, Luis Muñoz Marín, firmó en Washington la Constitución del ELA: «que no vengan a hablar de una Asamblea Constituyente de estatus que todo el mundo sabe que lo único
que persigue es maquillar nuevamente el ELA».
Defendió que «la verdadera descolonización» solo llega con la independencia, y dijo a los que defienden la integración de Puerto Rico a EEUU como el estado 51 de la Nación, el PNP, «que la estadidad no es otra cosa que la colonia en una a dimensión más sofisticada».

Los inmigrantes que llegaron a Martha´s Vineyard conmovieron a los vecinos

La comunidad de Edgartown en Martha’s Vineyard se movilizó a recibir a unos 50 inmigrantes que llegaron a la isla enviados por el gobernador de Florida.

La comunidad del pueblo de Edgartown en Martha's Vineyard recibió a los inmigrantes.
La comunidad del pueblo de Edgartown en Martha’s Vineyard recibió a los inmigrantes.

FOTOS Y TEXTO: IÑAKI ESTÍVALIZ

EDGARTOWN – El futuro de los inmigrantes indocumentados venezolanos enviados por el gobernador de Florida a Martha’s Vineyard, en Massachusetts, es aún incierto después de su traslado a un base militar próxima, y ha dejado conmocionado al pueblo de Edgartown en la isla, cuya comunidad se volcó en acogerlos.

Poco se sabe del destino que deparará al medio centenar de migrantes, que llegaron el miércoles a bordo de dos aviones a Martha’s Vineyard y que el viernes fueron trasladados a la base conjunta de Cape Cod, no muy lejos de la exclusiva isla.

Iván Espinoza Madrigal, director ejecutivo de la organización Lawyers for Civil Rights, que está ofreciendo asistencia legal a los venezolanos, explicó a Efe en un correo electrónico que no se puede visitar a los migrantes en el campamento donde se encuentran alojados transitoriamente, aunque los abogados sí que han tenido acceso. Dijo que “no está claro”, pero que las familias podrían dejar el campamento “tan pronto como la próxima semana”.

Mientras, Edgartwon, ubicado en Martha’s Vineyard y con una población de poco más de 5,000 habitantes, volvía hoy a la normalidad después de haberse movilizado para asistir a los migrantes.

Nada más llegar los venezolanos, la escuela del pueblo se puso a cocinar y a las pocas horas tuvieron que pedir a los vecinos que dejaran de traer alimentos y ropa, porque tenían demasiados y no podían almacenarlos.

Mary Ellen Guyther, que atiende el centro de visitantes municipal, indicó que se siente muy orgullosa de su comunidad y que fue “maravilloso” ver cómo sus vecinos se unieron para ayudar a los migrantes, porque “a la gente buscando una vida mejor hay que ayudarla”.

La maestra retirada criticó que los líderes políticos no se hubieran coordinado entre ellos para la llegada de los migrantes y aseguró que les hubiera gustado acogerlos.

No obstante, recordó que la isla tiene una “comunidad de verano”, donde en invierno no hay trabajo ni para los propios habitantes del pueblo.

El gobernador de Florida, el republicano “presidenciable” Ron DeSantis, envió el miércoles dos aviones con 50 inmigrantes al aeropuerto de Martha’s Vineyard como parte de un programa, con 12 millones de dólares de presupuesto, para relocalizar indocumentados en los llamados “estados santuario”.

En paralelo, el gobernador de Texas, el también republicano Greg Abbott, mandó el jueves dos autobuses con un centenar de migrantes a la residencial oficial de la vicepresidenta del país, Kamala Harris, en Washington; y lo ha vuelto a hacer este sábado, al tiempo que ha enviado otros tres vehículos con indocumentados a Nueva York.

Estas acciones contrastan con las de otro gobernador republicano, Charlie Baker, de Massachusetts, quien se apresuró a movilizar recursos y garantizar el trato humano de los migrantes que llegaron esta semana a su estado.

Edgartwon es un pueblo turístico y pesquero de esos con mucho encanto donde la gente se da los buenos días y saluda a los desconocidos al cruzarse por la calle. Las casas señoriales del centro de la localidad tienen nombre de capitanes de barco y las camionetas y todoterrenos cargan cañas de pescar.

Otra vecina, Diane Perillo, que como la anterior no quiso ser fotografiada, dijo sentirse “muy orgullosa” de como todos aquí trataron a esas personas como seres humanos.

Perillo sostuvo que cuando llegaron los migrantes “fue una conmoción”, porque “no fueron anunciados”, aunque a los vecinos no les importó, “todo el mundo corrió a por ayuda, todos nos preocupamos de buscar formas para apoyarlos”.

Lamentó que hubieran “usado” a los migrantes para satisfacer una agenda política: “Todo es política”.

Aunque Martha’s Vineyard es un destino de veraneo de ricos y famosos donde tienen mansiones los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton, el director de cine Spike Lee, la presentadora Oprah Winfrey y Bill Gates; en Edgartown la mayoría es de clase media trabajadora.

Así lo defiende el pescador Adam Karwiel, quien subrayó en declaraciones a Efe: “hicimos todo lo que pudimos por los inmigrantes”.

Muchos en el pueblo viven del turismo los tres meses de verano y el resto del año están desempleados.

“Cuando los enviaron aquí pensaban que los mandaban a un lugar de súper ricos, pero aquí somos clase media trabajadora”, insistió Karwiel, añadiendo que “fue muy desafortunado que los trajeran aquí prácticamente con los ojos vendados, sin que les avisaran a dónde iban”.

“Pero nuestra comunidad se volcó con ellos. Estuvimos más que felices de ayudarlos y apoyarlos, pero nuestros recursos son limitados”, expresó el joven pescador.

Por Iñaki Estívaliz

https://www.abc.com.py/internacionales/2022/09/17/la-llegada-inesperada-de-migrantes-deja-conmocionada-a-marthas-vineyard/

Ginóbili ingresa en el Hall of Fame

  • IÑAKI ESTIVALIZ

El argentino Manu Ginóbili, con un palmarés sin parangón forjado en la liga italiana, la selección de su país y en la NBA, entró este sábado en el Olimpo de su deporte al ser incluido formalmente en el Salón de la Fama del Baloncesto de Naismith en Springfield (Massachusetts, EE.UU.).

La ceremonia comenzó con un homenaje a Bill Russell, el inolvidable pívot de los Boston Celtics que murió el pasado 31 de julio a los 88 años, y se reconocieron a otros 15 profesionales del baloncesto en diferentes categorías.

Sentado junto a sus hijos y esposa, Ginóbili, que fue la estrella más brillante de la noche, la que más aplausos y gritos apasionados provocó en el Symphony Hall, la que más aficionados atrajo a las inmediaciones y la que mayor atención de los medios cautivó con diferencia, tenía los ojos aguados cuando lo presentaron y el auditorio se vino arriba.

Subió al escenario escoltado por su inseparable Tim Duncan, con quien hizo historia en los San Antonio Spurs (cuatro anillos de la NBA).

UN HOMBRE DE EQUIPO

Respetado por su voraz hambre de victoria sin caer en malas mañas, el genio del «euro step», mago de los caños imposibles y triplista decisivo comenzó subrayando que si ha llegado hasta aquí ha sido por los equipos donde ha jugado.

Antes de aterrizar en la NBA en 2002, Ginóbili ya se había consagrado en el baloncesto argentino y en Italia, donde se coronó con el Virtus Bologna como MVP en sus dos primeros años y ganó la Triple Corona (incluida la Euroliga) en la temporada 2000-2001.

El 5 de la selección argentina y 20 de los San Antonio Spurs (ambas camisetas retiradas) agradeció a sus compañeros italianos que no solo lo hicieron el jugador que acabó siendo sino también el hombre que es.

El escolta zurdo llegó a la NBA en 2002 (ganó ese curso su primero de cuatro anillos), fue dos veces All-Star y en una temporada fue escogido mejor sexto jugador de la liga.

«El abuelo» terminó su carrera de 16 años en la NBA con 40 años y 14.043 puntos, 4.001 asistencias, 3.697 rebotes y 1.392 robos.

Emocionado y a punto de llorar en varias ocasiones, Ginóbili compartió anécdotas de cómo llegó perdido a la NBA y acabó encontrando «una familia».

«Para ganar un campeonato se necesitan muchas piezas», aseguró al reconocer a sus inseparables Duncan y Tony Parker y al entrenador Gregg Popovich, pero también a todos los empleados del club.Lee también

DOS CARRERAS IMPRESIONANTES

El argentino dijo que «lo más loco» es que ha tenido «dos carreras igual de importantes» y recordó a sus compatriotas a los que echa de menos en las victorias pero también en las derrotas en hermandad.

Ginóbili lideró a la selección argentina a lograr el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y la plata en el Mundial de Baloncesto de Indianápolis en 2002, entre una larga lista de éxitos que definieron a la llamada «Generación Dorada».

Fue uno de los responsables de que la selección argentina fuera la número 1 del mundo en el ránking de la FIBA de 2008 a 2012.

El también oro en Atenas y exmadridista Andrés Nocioni dijo a Efe, poco antes del discurso de Ginóbili, que su compatriota «es un jugador extraordinario, diferente, capaz de hacer mejor a sus compañeros y poder hacer mejor a su equipo».

«Más allá de lo individual, del talento que tiene, creo que es la grandeza de Manu. Por eso trascendió con tanta importancia en el básquetbol americano», aseguró.

El momento más emotivo de la noche fue cuando Ginóbili recordó a su padre.

«Papá, cuánto me hubiera gustado que estuvieras acá. Te extraño mucho, viejito», afirmó.

Ginóbili también le dijo a sus tres hijos sentados junto a su esposa que el que estuvieran compartiendo este momento es lo más importante que le ha pasado en la vida.

SEGUIDORES DE MANU TOMAN SPRINGFIELD

En Springfield, donde el profesor de educación física canadiense James Naismith inventó el baloncesto en 1891, se dejaba sentir este sábado el acento argentino.

En las calles, los restaurantes y las gasolineras del centro de la ciudad se podía escuchar este fin de semana el voseo orgulloso de los aficionados sudamericanos.

Julián, un argentino que vive en Chicago y que no se ha querido perder la ceremonia de exaltación, aseguró a Efe, mientras llenaba el tanque en una gasolinera cercana al Naismith Memorial, que a Diego Armando Maradona se le conoce más «porque es fútbol, y el fútbol es fútbol».

«Pero si el Diego es un 10, Manu es un 20», sostuvo.

No obstante, el uniforme que se veía hoy en Springfield por todas partes era el de los Spurs y la mayoría de quienes lo vestían tenían acento mexicano.

Enrique Gallardo, empleado retirado de una universidad en San Antonio que sigue a los Spurs «desde que empezaron en la NBA» y que compró los billetes de avión en abril para venir con toda su familia al homenaje, defiende que Ginóbili «cambió» a la franquicia.

«Nunca habíamos visto algo así. Llegó lo mejor del mundo».

https://www.mundodeportivo.com/baloncesto/nba/20220911/1001866459/ginobili-entra-olimpo-baloncesto.html