Mayra Montero: finalista de premio que tiene «el jurado más amplio del mundo»

16.05.2007  CULTURA
P.RICO-LITERATURA
Mayra Montero: finalista de premio que tiene «el jurado más amplio del mundo»
Iñaki Estívaliz San Juan, 16 may (EFE).- La escritora cubano-puertorriqueña Mayra Montero, ganadora del premio La Sonrisa Vertical en 2000, opta a un nuevo galardón que aunque se otorgará la primavera del 2008, ya lo está disfrutando.
Se trata del Premio Mandarache Jóvenes Lectores, que lo otorga el ayuntamiento de Cartagena (España), que en 2007 recayó en la española Rosa Montero por su novela «Historia de un rey transparente».
El ganador lo decide un jurado de 1.590 jóvenes que están obligados a leer durante un año las tres novelas finalistas que se anunciaron la semana pasada.
Las obras que compiten en la próxima edición son «Mi querida Eva», de Gustavo Martín Gazo, «Inquietud en el paraíso», de Oscar Esquivias y «Son de Almendra», de Montero.
«Dicen que es el jurado más amplio del mundo», dijo a Efe la escritora, quien subrayó «la importancia» de que se entreguen ejemplares de las tres obras finalistas de forma gratuita a los jóvenes, de entre 15 y 25 años, que componen el jurado.
«De otra manera, muy pocos de esos jóvenes leerían mi novela y la de los demás finalistas. Espero que sigan al autor», indicó la novelista, para quien la oportunidad de ser leída por ese público y la obligación de viajar a España para compartir en charlas con los otros finalistas le vale más que ganar el premio de 3.000 euros.
Montero, nacida en La Habana (1952) y que vive en Puerto Rico desde los 19 años, sostiene que los premios literarios, junto a las traducciones, alargan la vida de las obras en las librerías en un mercado saturado de títulos que cada vez es más «fugaz» y se parece al periodismo del día a día.
Al final, en las estanterías «quedarán los mejores y se perderán los peores» en un mercado, el literario, «un poco ingrato»: «te pasas dos años escribiendo y sufriendo y luego el libro está dos semanas» en las librerías.
Montero se inició en el periodismo como reportera de béisbol, trabajó 10 años en el desaparecido periódico El Mundo, fue corresponsal en Centroamérica y editorialista de una revista de modas, donde tuvo que escribir hasta los horóscopos.
Aficionada a los certámenes literarios que comenzó a ganar desde joven, a veces se dedicaba a la publicidad para ganar el dinero que le permitiera seguir escribiendo.
Desde hace 16 años publica cada domingo un artículo de opinión en «La Revista», del periódico «El Nuevo Día», que miles de lectores esperan con interés cada semana.
La autora de «La trenza de la hermosa luna», «Del rojo de su sombra» y «El capitán de los dormidos», recopiló algunos de sus artículos periodísticos en «Aguaceros dispersos».
Con «La última noche que pasé contigo» fue finalista del premio Sonrisa Vertical en 1991, galardón que consiguió en el 2000 con «Púrpura profundo».
Traducida al inglés y al holandés y pendiente de próximas traducciones al francés y danés, Montero publica también en Cuba, aunque no cobra los derechos de autor allí, donde los libros van saliendo «cuando pueden» con ayuda de instituciones de otros países como Colombia.
Asegura que no existe una literatura de mujer, que pudo haber tenido cierto sentido en las décadas de 1960 y 70, pero que ahora no se puede identificar ni siquiera «una mirada femenina».
Sin embargo, aunque tampoco cree que exista una «literatura caribeña», como se clasifica la suya, sí hay «una temática, una ubicación, un estilo, una manera de expresar ciertas cosas, es más una mirada caribeña».
Después de 35 años trabajando en Puerto Rico, asegura que su experiencia como emigrante ha sido distinta a la de otros cubanos que migraron a Suecia, España o Estados Unidos, países «que no tienen mucho que ver contigo. Yo simplemente cambié de isla, no fue traumático».
«La colonia cubana estaba más dispersa que en otros sitios como Miami. Mi vida transcurría entre puertorriqueños», recuerda la periodista, que se integró aún más en las sociedad boricua por su profesión, que le obliga a «tomarle el pulso a la calle».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *