Deportan a restaurador cuya extradición había sido solicitada por España

11.01.2008  
P.RICO-ESPAÑA
Deportan a restaurador cuya extradición había sido solicitada por España
Iñaki Estívaliz San Juan, 11 ene (EFE).- El restaurador español Manuel Tobaja, que cumplió en Puerto Rico cinco años de prisión por escaparse de una cárcel en la que se encontraba acusado de fraude, pero sin sentencia, según él, fue deportado a España, que había solicitado su extradición, el 15 de diciembre pasado.
El portavoz del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), Iván Ortiz, lo confirmó hoy a Efe y explicó que el proceso de deportación oportuno por haber sido encontrado culpable de delitos en Puerto Rico, Estado Libre Asociado (ELA) a EE.UU., concluyó antes que el de extradición.
La Audiencia de Sevilla condenó el pasado junio a cinco estafadores de bancos y había dejado para más adelante el juicio contra Tobaja, presunto «cerebro» de la trama.
El fiscal pide para Tobaja cuatro años de cárcel como supuesto planificador de las estafas, en las que presuntamente se apropió de un total de 62.987 euros en 26 préstamos de bancos.
El procesado, de 52 años, fue acusado en Puerto Rico a seis años de cárcel por hacerse pasar por sacerdote, celebrar bodas y bautizos, y por apropiarse de las colectas de un convento de religiosas.
Unos meses después, el 12 de octubre, protagonizó una espectacular fuga al conseguir salir por la puerta principal de la cárcel con una falsa orden de excarcelación, por lo que lo condenaron a 6 años de prisión.
En una entrevista inédita que concedió a Efe en abril pasado en la prisión de Guayama (sur) donde cumplía condena, Tobajas aseguró que era víctima de una conspiración, que nunca fue condenado por los supuestos fraudes que se le imputaban la primera vez y que la pena que cumplía era por una fuga que tampoco él había planificado.
Rodeado de recortes de periódicos y documentos de todo tipo, Tobaja Villegas, con un acento sevillano salpicado de palabras carcelarias boricuas, narró cómo supuestamente se vio envuelto en un complot de lavado de dinero negro de la Iglesia Católica.
Su rocambolesca historia comienza pocos años antes de la entrada en vigor en España del euro en 2002, cuando Tobaja comienza a trabajar en un taller de restauración de obras de arte de la Iglesia en Sevilla.
Los que tenían dinero negro en pesetas se afanaban por «lavarlo», y la Iglesia, según el sevillano, no se quedó atrás.
«Parte del clero alto de la diócesis de Sevilla estaba utilizando aquel taller como un trampolín para blanquear dinero en una trama que se ha llamado ‘la trama del CELAN’ (Consejo Episcopal Latinoamericano)», sostuvo.
Insiste en que cuando se hizo cargo del taller, se negó a continuar en el juego y que entonces comenzó «una persecución brutal» contra él que lo llevó a Puerto Rico buscando pruebas para demostrarlo.
Cuando llegó a la isla aseguró que sufrió una campaña de descrédito que comenzó por hacerlo aparecer como falso cura.
«Siempre empiezan por ahí», comentó.
Sostuvo, mostrando pliegos de sentencias y recortes de periódicos, que un juez había archivado su caso recomendando entregarlo a las autoridades federales para ser deportado, después de que sus abogados llegaran a un acuerdo «que no fue honrado y seguía preso sin sentencia».
Con la salud deteriorada, raspaduras en las muñecas, el pelo rapado y el ánimo afectado por los años pasados en diferentes cárceles, insistió en que fueron funcionarios del Departamento de Prisiones los que arreglaron la fuga.
Tras pasarse mes y medio «en la calle», escondido en casa de feligreses, que consultados por Efe reiteraron su confianza en la inocencia de Tobaja, del que no dudan que sea sacerdote, cansado y frustrado por no haber podido salir de la isla, se entregó a las autoridades y fue condenado, esta vez sí formalmente, según él.
Aseguró que casi fallece cuando lo envenenaron en noviembre de 2004 y señala que durante estos años varios sacerdotes han perdido la vida en extrañas circunstancias.
Citó a un párroco de Islas Vírgenes que «asesinaron y lo tiraron en un safacón (cubo de basura). El chico que lo mató está aquí», dijo señalando un anexo del complejo carcelario de Guayama.
En Islas Vírgenes «se hacían los lavados porque es un paraíso fiscal y ese hombre iba a hablar con el FBI».
El último de los curas asesinados supuestamente por intentar desenmascarar la trama fue Carlos Jiménez Vanderville, «mi hermano Carlitos, la policía dijo que murió en extrañas circunstancias, pero han corrido un tupido velo».
Mostró, entre otras, una carta de la Fundación Ramón Rubial, que atiende a españoles en el extranjero, que decía: «lamentamos mucho que no tenga todavía un poco de tranquilidad en este rocambolesco caso».

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